Y la dignidad venció a la basura

Madrid,

C. Muñoz.- La alcaldesa sabe que están produciéndose miles de despidos tras sus políticas privatizadoras y el regalo de los cambios legislativos a los buitres empresariales. Cuando dice que no sabe nada, miente descaradamente, como demuestra el registro de sesiones de los plenos municipales y lo que ella misma firmaba hace escasas semanas.

Foto: Sergio Rozas

Un día después de la entrada en vigor del contrato de barrenderos, mobiliario urbano, jardineros y áreas infantiles, echaron a la calle a 350 trabajadores a la calle sin ni siquiera derecho a paro, pese a llevar 20 ó 30 años trabajando para los ciudadanos madrileños. Y tan sólo un mes y medio después, anunciaban un ERE para 1.144 trabajadores. Pero la alcaldesa no recuerda nada.

Las empresas que han decidido lucrarse con los servicios públicos madrileños privatizados a costa de los sueldos y los puestos de trabajos de miles de trabajadores son las mismas que se lucraron con la burbuja inmobiliaria: OHL, FCC, VALORIZA… Mismos empresarios y mismos políticos… y misma clase trabajadora hundida en la miseria. Régimen en pleno funcionamiento. En un país realmente democrático, su lugar sería la cárcel, pero ahí siguen destrozando vidas.

Pero tenemos en nuestra mano que dejen de hacerlo. Un colectivo de 7.000 barrenderos y jardineros nos lo han demostrado y nos han sacado los colores al resto de la ciudadanía. Ante la burla del sistema, que permitía que 1.144 trabajadores se fueran a la calle y que al resto les robaran el 40% de su jornal, ellos dijeron ‘basta’ y decidieron ir todos a una y echar un pulso a Goliat.

Un amigo barrendero, que ha estado dejándose el alma por la huelga, me comentaba que ya no quería más humillaciones de empresarios y políticos. No luchaba por un coche de 500 caballos. Llevaba unos años ahorrando con su modesto sueldo de 1.000 euros, y el de su chica, para algo tan natural como tener un hijo. Quería ser padre. Algo tan sencillo y humano como eso. Y ahora se lo querían poner imposible. O el despido o una rebaja tan brutal ya era la gota que colmaba el vaso de la paciencia. Iba a luchar, como llevaba haciendo toda su vida, pero esta vez junto a sus compañeros y todo el que quisiera unirse a la lucha.

La solidaridad ha sido grande. Se ha organizado una caja de resistencia para poder mantener el día a día de familias que han renunciando a 90 euros diarios durante trece días de huelga. Muestras de apoyo llegaban desde todo el estado, porque veían que la unidad de los barrenderos y jardineros era inquebrantable y ejemplar. Como ya dije hace dos semanas, esta batalla no se podía perder.

No sólo han conseguido poner nerviosos a los poderes que se creían intocables, demostrando la fortaleza de la gente de a pie, sino que además han conseguido sacar de sus entrañas el viejo anhelo franquista de la limitación del derecho de huelga, como instrumento de la clase trabajadora para no dejarse pisar. Por supuesto, con otro lenguaje más moderno, pero no dejan de esconder el ramalazo autoritario y sumiso a políticos y empresarios cuando se habla de restrictivas leyes de servicios mínimos y otros eufemismos.

Han conseguido mucho más de lo que muchos creían que se podría lograr. Ni despidos ni reducciones salariales, aunque por desgracia no han podido evitar la congelación salarial durante 5 años ni el ERTE de 45 días al año que supondrán 1.000 euros menos para el trabajador. Un ERTE que no saldrá de las arcas de los empresarios carroñeros, sino que tendremos que pagar los ciudadanos a través del INEM. Y los servicios públicos de la ciudad salen tocados, aunque no tanto como habría supuesto la derrota de los trabajadores en este conflicto.

La externalización (privatización) de la práctica totalidad de servicios municipales pretende sembrar de miseria nuestra ciudad, y hacer de Madrid un lugar mucho más inhumano. En sólo dos años se han perdido más de 3.000 empleos públicos por las políticas capitalistas. La única solución, como han demostrado los barrenderos, es el cambio de sistema basado en la unidad de la ciudadanía. Es necesario un cambio de rumbo total para poder ir remunicipalizando los servicios públicos que nunca debieron robarnos a los madrileños.

Ésta ha sido la primera de las batallas ganadas, pero es tan sólo el primero de los seis contratos privatizados por el PP y que irán golpeándonos uno tras otro en los próximos tiempos; energía (alumbrado, semaforos y fuentes) ya ha anunciado huelga indefinida a partir del 2 de diciembre (no tienen derecho a subrogación ni carta de despido siquiera…), e irán llegando el resto de sectores: pavimentos, parques históricos, recogidas… Esperemos ser cada vez más quienes estamos decididos a demostrar que el 99% podemos tener más fuerza que ellos si nos unimos.

Los madrileños nos vemos hoy sábado a las 12.00 en Atocha, y esperemos que toda España se eche a la calle para reivindicar que se vayan de una vez quienes cumplen dos años de gobierno machacándonos.

Gracias, barrenderos y jardineros, por vuestro ejemplo.

* César Muñoz es Coordinador de IU Retiro y Miembro del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.

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