G. Bravo.- El Ayuntamiento de Madrid está siendo desahuciado de sus propias calles. La Avenida de Felipe II y su aspecto son hoy una parodia comparado con lo que en su día se inauguró, y la dejadez en su mantenimiento la han convertido en un símbolo del derroche, la malversación de los fondos públicos y en un despropósito, desde el primer adoquín hasta el último pegote de cemento.
Lo que en 2005 se presentaba como una inversión que enriquecería la zona e impulsaría el turismo y el comercio el barrio, se ha transformado en un monstruo que ni el mismo consistorio es capaz de mantener y, arruinado, impotente y agotado la deja morir lentamente, mientras los madrileños pisan a diario la mayor vergüenza urbanística planificada en el distrito Salamanca que se recuerda.
Si hace año y medio el área de urbanismo empezaba a sustituir las destrozadas líneas de luz por granito blanco, ahora, incapaz de nada, se limita a rellenar sus huecos con cemento. Y así, sin gusto, sin presupuesto y sin rumbo, llega a su fin una inversión de más de 11 millones de euros que no ha alcanzado ni su primera década. Vergonzoso. Bochornoso.
La chapuza ha tocado fondo. Lo que en su día supuso un lujo en diseño, construcción y material, se silencia hoy con cemento, un material que cotiza a unos 20 céntimos el kilo.
Éste es el aspecto de la plaza hace sólo ocho años, cuando se inauguró. De aquello, ya sólo queda la ruina que supondrá rehacer toda la plaza de cero. Así se gestiona el dinero en la capital:
La plaza, ocupada durante dos meses por El Corte Inglés de forma totalmente gratuita, vuelve a estar libre de estructuras y obstáculos, y permite ver de nuevo todos los parches que ha ido colocando el Ayuntamiento en lugar de reparar los daños respetando el diseño original de Francisco Mangado, el arquitecto que ganó por este proyecto el Primer Premio en la XX edición de los Premios de Urbanismo, Arquitectura y Obra Pública 2005, otorgados por el propio consistorio de Madrid.
Ocho años más tarde, la degradación que ha sufrido la plaza la aleja mucho de la premiada obra de arquitectura de entonces. Tanto, que apenas queda ningún elemento que conserve su estado original diseñado por Mangado: de las dos fuentes originales sólo quedan sus huellas en forma de cemento; han desaparecido dos placas de bronce del conjunto que adornaba el pavimento; ninguna de las líneas luminosas que recorrían el suelo de la plaza -y suponían el principal atractivo de la misma- funciona, por lo que se rellenan de cemento; los bancos están graffiteados y los accesos al parking subterráneo están completamente destrozados.
Juan Carlos says:
Porque lo que mal empieza, suele terminar mal.
Estos días se está resolviendo, vía tribunales, la presunta ilegalidad del proyecto Mangado. Veremos si aún queda un poquito de justicia.
Básicamente, el proyecto se realiza como si debajo no hubiera nada. Como si el diseño que regaló Dalí a los madrileños nunca hubiera estado allí.
Se cambió, presuntamente por motivos ideológicos una obra maestra de madurez artística, por un engendro tan futurista como antihumano e insostenible.
Ya estaba denunciado, en distintos foros, las tremendas incomodidades que suponía la plaza para el viandante.
Miguel Gómez says:
Desde el Grupo Municpal Socialista, con el apoyo de los vecinos, llevamos denunciando este abandono desde el primer momento. En este distrito sobraba lo que Tierno Galvan dejo hecho, porque el talento de sus alcaldes Peperoa nunca alcanzara el de los dos alcaldes socialistas
Jorge says:
Es una auténtica salvajada lo que han hecho. Está bien que denunciéis estas cosas. Parece que la moda sólo está en criticar inversiones de mastodónticos edificios sin uso, cuando también claros casos de suelo, sin necesidad de salir del barrio. Vuelvo a avergonzarme de cómo nos gobiernan. Es un auténtico despropósito.
Muchas veces cito en mis comentarios el pueblo de mi madre, pero es que me vuelvo a sentirme obligado a hacerlo: ni allí realizan tantas y tan mal hechas chapuzas!! Estas fotos son de escándalo. Espero que el artículo llegue a donde tenga que llegar y alguien meta mano, aunque difícil, llevando todos la capa del mismo color.
sinilos says:
Y eso sin mencionar los aledaños de las zonas infantiles… Trampillas y adoquines destrozados, con grandes agujeros peligrosísimos para los más pequeños, sin repararse durante meses justo por donde juegan a diario muchísimos niños del barrio.
El que no haya habido algún accidente serio todavía ha sido cuestión de suerte. Y ya que por fin parecía que lo habían arreglado, se nota la chapuza… No ha durado arreglado ni un par de meses.
Vergonzoso en toda su definición.