L. Carramolino.- Miguel Gutiérrez Junquera salió con unos amigos y su novia la noche del sábado 17 de marzo, no esperaba tropezar con una rendija ausente. El joven de 19 años era hijo único de una familia muy conocida en el barrio de Fuente del Berro. Gran apasionado del rugby y el baloncesto. Pívot de Los Lobos de Pinosierra, durante los dos últimos años que disputó la Copa Colegial ACB de baloncesto, se convirtió en referente del equipo. También era jugador del senior C del CAU Metropolitano, de dónde su padre es veterano compañero y directivo del club.
Aquella noche, el joven deportista pisó la rejilla del respiradero que conecta un estacionamiento subterráneo con el parque situado junto a la plaza de la América Española.
“Aquí ni se debe, ni se puede estar” Son las únicas palabras de un vecino cuando tomábamos la foto. No ha dicho más. Ha mirado la rendija, hoy ya nueva, ha levantado la vista y ha dado media vuelta.
Aunque bien es cierto que el lugar no es de paso obligado para los transeúntes, es de fácil acceso por una pequeña barandilla, oscura y apenas rodeada de setos. El parque es zona de reunión de amigos, un lugar ajardinado por el que circulan y juegan los pequeños del barrio, donde muchos de ellos acuden al colegio que hay justo en frente. “Mira que he estado veces en este sitio… Nunca he sido consciente de lo que podría pasar” comenta A. De la lama, una joven vecina que aún no cree lo ocurrido. “Espero que pongan medidas y no vuelva a ocurrir algo semejante”.
Una trágica noche… y ¿Ahora qué?
Miguel Gutiérrez Junquera falleció la madrugada del 18 de marzo al precipitarse desde el respiradero de un parking subterráneo por faltar una de las planchas. El administrador del parking aseguró que durante la tarde del 17 la rejilla metálica que protege la superficie estaba en su sitio, sin embargo, al respiradero le faltaba una de las planchas, ocasionando que el joven se precipitase los ocho metros de altura, ya que justo este hueco correspondía a la tercera planta del garaje, la última y más profunda del aparcamiento.
El SAMUR solo pudo certificar el fallecimiento. La policía inspeccionó la zona e interrogaron a los testigos, entre ellos la novia y un amigo de Miguel, descartando, en principio, que la muerte fuese provocada. Todo apunta a un posible robo de la rendija, se da la circunstancia de que otras que cubren los respiraderos de otras plantas han sido soldadas. También se valora la posibilidad de que la rendija desapareciese por una gamberrada, ya que en la zona se comenta que son habituales los botellones.
Una vez que la policía ha remitido sus investigaciones al Juzgado de Instrucción número 34, de guardia aquella noche, será un juez el que determine si hubo algún tipo de delito en el trágico suceso.
[AFG_gallery id=’122′]
—
Fotos: G.B. (Zonaretiro.com)