L. Torres.- Tres semanas después del atraco de Narváez, los aluniceros han vuelto a actuar en el distrito Retiro. En esta ocasión no buscaban teléfonos móviles, sino joyas y, a diferencia del anterior alunizaje, no les importó que fuera de día y que el dueño se encontrara dentro del local.
Todo ocurrió en la joyería Alejandra del número 22 de la calle Cavanilles a las 17.45 horas. Un grupo de encapuchados llegó en dos coches y empotró uno de los vehículos contra el cristal dando marcha atrás: un BMW X3. De este coche se bajaron dos hombres, uno con una pistola y otro con un hacha, y consiguieron entrar en la joyería, mientras el dueño intentaba sin éxito echar el cierre automático.
Le apuntaron con la pistola en la cabeza y él no pudo hacer más que “acurrucarse”. Se llevaron las joyas que había en el mostrador y en las vitrinas y el dinero de la caja, un montante cuyo valor el dueño todavía no ha podido calcular. “Menos lo del escaparate, se han llevado casi todo”, dijo Javier, perteneciente a la cuarta generación de joyeros de su familia. Tras el robo, los atracadores huyeron a toda velocidad.
Año negro para los joyeros madrileños
El pasado mes de enero, el Gremio de Joyeros, Plateros y Relojeros de Madrid denunció 259 siniestros ocurridos en 2011, un 45% más que los sufridos en 2010. Impotentes ante los robos, en febrero se reunieron con la nueva delegada de Gobierno, Cristina Cifuentes, en busca de una solución.
La delegada les prometió que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado reforzarán la vigilancia en el entorno de las joyerías, especialmente por la noche, y controlarán los edificios colindantes que estén abandonados, con el objetivo de evitar que se produzcan butrones. Y se comprometió a revisar las medidas normativas u operativas que deben introducirse en las empresas de vigilancia privada para que su actividad disuada efectivamente de la comisión de delitos en este sector.
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