El dirigente de Nuevas Generaciones del PP Ángel Carromero fue condenado en 2012 en Cuba a cumplir cuatro años de cárcel por doble homicidio imprudente. Conducía el coche en el que viajaron y murieron los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero. Desde hacía tres meses tenía el carné de conducir retirado por haber perdido todos los puntos, como desveló en exclusiva Zonaretiro.com.
En la versión oficial del gobierno, Carromero perdió el control del vehículo a causa “de exceso de velocidad y falta de atención” mientras conducía por una vía en reparación a 120 km/h, y se estrelló contra un árbol. El impacto se produjo justo en el lado izquierdo del asiento trasero, donde iba Payá, el líder del Movimiento Cristiano Liberación, sin cinturón de seguridad.
Las autoridades cubanas reforzaron su versión con la difusión de un vídeo en el que Carromero asume la responsabilidad de lo ocurrido y pide que se le saque de Cuba aunque, según él, la velocidad a la que conducía no superaba los 80km/h: «La última vez que miré, efectivamente iba a 80 kilómetros por hora, pero cuando tuve el accidente no miré el cuentakilómetros, por lo que no puedo precisar a qué velocidad iba. Frené porque ví el bache en la arena, y entonces accioné suavemente el freno. Perdí el control del coche […] y ya no recuerdo más», explica Carromero.
Logró que le encarcelaran en España pese a que debía cumplir su condena en Cuba y durante su breve encarcelamiento en Segovia recibió varias visitas de la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, que hasta 2015 fue su mayor apoyo privada y públicamente.
En apenas unos meses logró el tercer grado alegando arraigo familiar y tener empleo (como técnico del gobierno de Ana Botella en el distrito de Moratalaz). Sólo debía llevar una pulsera telemática de control de ubicación.
Y a pesar de su condición de preso, logró ser elegido nuevo secretario general de las NNGG del PP de Madrid con ayuda de Aguirre.
