Idea de plan para hoy: echar la vista atrás y descubrir fantásticas fotografías del Madrid de ayer

Madrid,

Estos días que corren más despacio son ideales para echar la vista atrás y disfrutar los tesoros fotográficos de los nuestros. El fondo fotográfico del fotógrafo madrileño Martín Santos Yubero atesora 482.141 fotos del Madrid de ayer.

Vida y obra

Martín Santos Yubero (Madrid, 1903-1994) fue uno de los miembros más notables de la segunda generación de grandes reporteros gráficos madrileños. Nacido en 1903, pudo haber formado parte de la nutrida tropa de maleantes barojianos que se ganaban entonces la vida en los suburbios de legalidad, pero optó por el trabajo de fotógrafo.

En 1920 estrenó una Kodak de cajón -le costó 20 pesetas-, que no cambió hasta que un representante alemán de comercio le trajo su primera cámara de reportajes: una Rodeston alemana de 10×15. Con ella realizó sus primeros reportajes, que le sirvieron para que el entonces director de La Nación, Delgado Barreto, le llamase para formar parte de la redacción.

Sus primeros trabajos fueron rutinarios, hasta que la proclamación de la República abrió las puertas de un nuevo tiempo. Pese a la proliferación de diarios y semanarios ilustrados editados en aquellos años, nunca dejó Santos Yubero de trabajar por libre, lo cual le permitió colaborar en medios de distinta tendencia ideológica, desde Ahora, hasta ABC, Estampa, La Tierra, Ya o el diario Luz.

En 1933, se unió al equipo de redacción del recién creado Diario de Madrid y comenzó a combinar el uso de su cámara de gran formato, con una Contax de 35 mm. En 1935, Vicente Gállego le llamó para hacerse cargo del servicio gráfico del diario Ya.

Cuando se inició la Guerra Civil, el diario Ya fue incautado y debió volver a usar sus viejas cámaras de placas, con las que trabajó durante los años de la contienda, en sociedad con los hermanos Benítez Casaux. Con ellos creó una agencia gráfica. Concluida la Guerra Civil Santos Yubero volvió a su antiguo trabajo en el diario Ya, en el que dirigió un magnífico equipo de profesionales.

Biografía

Martín Santos Yubero nació en Vallecas (Madrid) en 1903, el 11 de agosto según su DNI, en una casita cerca del depósito de máquinas de la Compañía de Ferrocarril M.Z.A (Madrid-Zaragoza-Alicante), de la que su padre era maquinista.

A los 7 años, tras el abandono del hogar por parte de su padre, se trasladó a Lavapiés con su madre, que encontró trabajo allí en una casa de comidas muy conocida: “Casa Lastra”, en la calle del Olivar. Se instalaron madre e hijo en un modesto apartamento en el mismo edificio. Ya no saldría nunca de Lavapiés ya que, cuando se casó y se mudó a otra casa, en la que viviría hasta su muerte, ésta estaba también en Lavapiés, en la calle de la Cabeza.

Consigue su primer empleo, con 12 años, fue como dependiente en una guantería y su segundo empleo, como dependiente en la casa Loewe, en la calle Gran Vía.

Desde muy joven se interesa por el mundo de los toros y del espectáculo, aficiones que le acompañaron a lo largo de toda su vida y que marcaron su trayectoria profesional.

A los 17 años se compró su primera cámara, una Kodak de cajón, por veinte duros, que apenas sabía manejar y con la que empezó a hacer fotos como aficionado. Se dedicaba a retratar a las jóvenes que participaban en concursos de belleza y las distribuía a revistas y periódicos. Así ganó su primer dinero con la fotografía. Al tiempo, “se colaba” en los estudios de los grandes fotógrafos como Alfonso, haciéndose amigo de los aprendices que trabajaban allí para acercarse a ellos. Conoció también entonces a Alfonsito, hijo de Alfonso.

Sus comienzos en el mundo de la prensa gráfica se pueden considerar como encuentros casuales. En la casa de comidas donde trabajaba su madre se reunía parte de la redacción del periódico El Imparcial, entre los cuales surge una tarde el problema de no poder cubrir una corrida en la plaza de toros de Tetuán de las Victorias. Ante ello el responsable de la información taurina del periódico le reta a escribir la crónica del festejo. Tras este episodio, Santos Yubero desempeña entre 1920 y 1923 la misión de reportero taurino de la Plaza de Toros de Tetuán de las Victorias.

En 1927 recibe el carnet profesional de reportero gráfico. Sus primeros reportajes, le sirvieron para que Delgado Barreto, entonces director de La Nación, le llamase en 1927 para formar parte de la redacción, tras observar la forma en que trabajaba durante una corrida de toros. En este caso se trata de las primeras imágenes que Santos Yubero publicó en la prensa, bajo la firma “Foto Santos Yubero”, que adoptaría el fotógrafo en todos sus trabajos posteriores.

En su época de La Nación inició una incesante actividad profesional aprovechando para aprender todo lo que podía de los grandes fotógrafos del momento, entre los que admiraba, sobre todo a Alfonso padre y Campúa padre. De ellos manifestaba que aprendió que un reportero gráfico debe estar en todas partes, servir para todo, hacer fotografías de todo, no sólo taurinas, que era lo que él había hecho hasta el momento. Se definía como autodidacta y periodista intuitivo por excelencia: eso es lo que fue.

Tras su matrimonio se traslada a la calle de la Cabeza, montando en su propia casa la redacción, archivo y despacho.

En 1931, con la proclamación de la República, se abrieron las puertas de un nuevo tiempo. Fueron los años en que rompió su relación laboral con La Nación, empezando a competir como freelance con los grandes reporteros madrileños de su generación.

De esta forma colabora en medios de distinta tendencia ideológica, desde Ahora, hasta ABC, Estampa, La Tierra, Ya o el diario Luz, que entonces dirigía Corpus Barga. En 1933, se unió al recién creado Diario de Madrid. En aquel mismo año comenzó a combinar el uso de su cámara de gran formato, con una Contax de 35 mm, propiedad del periódico.

En 1935, Vicente Gállego le llamó para hacerse cargo del servicio gráfico del diario Ya. Cuando se inició la Guerra Civil, se produce la incautación de la rotativa y de las cámaras, por lo que volvió como freelance y con sus viejas cámaras de placas, con las que trabajó durante los años de la contienda, en sociedad con los hermanos Benítez Casaux. Con ellos creó una agencia gráfica que enviaba sus fotografías a La Voz, La Libertad, Crónica y al diario ABC republicano.

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Concluida la Guerra Civil, volvió a su antiguo trabajo en el diario Ya, en el que dirigió un magnífico equipo de profesionales, integrado entre otros por Gabriel Carvajal, Luis Milla, Lucio Soriano, Ignacio Teresa y Sanz Bermejo, que cubrieron todos los hechos importantes de aquellos años: escenas callejeras, inauguraciones, y reportajes deportivos, teatrales y taurinos.

Publicó varios libros monográficos sobre Manolete, el primero en Madrid en 1944 “Manolete en tres Ferias ( Valencia, San Sebastian y Bilbao )” y en 1947 “Manolete, El Artista y El Hombre” con dibujos de Antonio Casero.

Durante su vida fue objeto de diversos premios, distinciones y condecoraciones: medalla de oro de la Semana Santa madrileña; medalla de oro de Estampas de Pascua; medalla de Plata del Trabajo; Premio Nacional de Teatro 1972; órdenes literarias de “Valle Inclán”, “Gómez de la Serna”, “Arco de Cuchilleros”, etc.

Fue miembro de la Junta directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid entre los años 1965 a 1973. También fue vocal del Consejo Nacional de Prensa durante 5 años y secretario de actos de la Unión de Informadores Gráficos durante los 10 años de existencia de esta institución.

En 1974 finaliza su actividad laboral y se jubila.

Falleció en Madrid en 1994 a los 91 años.

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