El teléfono móvil se ha convertido en un objeto imprescindible en la vida de los madrileños, ya sea como necesidad de trabajo o por placer, para amenizar las esperas en las estaciones de Metro, en las paradas de los autobuses de la EMT, para localizar conductores a través de la aplicación UBER en plena huelga de taxis, para orientarse a la hora de localizar la ubicación desconocida en la que les han citado para cenar…
Los teléfonos móviles hoy en día se utilizan tanto que muchos de ellos carecen de la autonomía suficiente y es habitual ver a sus portadores enchufados en bibliotecas, cafeterías, bares y restaurantes, en el suburbano, en los autobuses municipales…
Conscientes de esta necesidad creciente, las empresas de cargadores para móvil han desarrollado potentes cargadores que recortan el tiempo de recarga para que esos minutos que permanecen enchufados permitan que el portador del teléfono no vuelva a quedarse sin batería hasta llegar a su domicilio o trabajo, donde ya podrán completar la recarga al cien por cien.
Dichos cargadores funcionan con teléfonos móviles ya sean Android o Apple y con tabletas, de uno y otro sistema. Son cables originales de las firmas Apple, Samsung, Huawei, BlackBerry, HTC, LG Mobile, Nokia o Sony.
Las empresas de cargadores de móviles están disfrutando de un auge comparable al que viven las empresas que se dedican a la reparación de teléfonos, que facturan 700 millones de euros al año. Una cantidad considerable que responde a que los españoles somos junto con los italianos los europeos que más descuidamos los terminales. Sólo los griegos tienen más accidentes con sus teléfonos.
Se calcula que cada año se reparan en España 4.700.000 teléfonos móviles, muchos menos de los que están rotos, pero un cifra importantísima para el sector de la reparación.
El 80 por ciento de los españoles tiene al menos un teléfono móvil y el 45 por cierto están rotos, generalmente en su parte exterior, pero la no inclusión de estos arreglos en las garantías y su coste en tiendas no homologadas hace que muchos portadores de teléfonos estropeados continúen utilizando sus terminales con la pantalla agrietada por ejemplo.
Tras las reparaciones de pantallas, que se calcula que suponen el 40% de los arreglos, el segundo motivo que más lleva a los españoles a arreglar sus terminales son los problemas de software, fallos de la batería, que generalmente se dejan pasar más tiempo al existir cargadores que ayudan a minimizar los efectos de estos fallos y finalmente, las cámara de captura de imagen fija y vídeo.