C. Muñoz*.- Definitivamente, el Partido Popular nos toma por imbéciles. El secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, acaba de declarar, en relación a los cerca de 1.600 millones de euros más que destinaremos al proyecto olímpico, que “el presupuesto es casi casi insignificante para el esfuerzo que ya se ha realizado”. El esfuerzo al que se refiere son los miles de millones de euros que hemos estado dando los ciudadanos españoles para la construcción (¿he dicho construcción?) de infraestructuras para este macro-evento, además de cientos de eventos de “representación y publicidad”.
Podríamos echar la vista atrás y analizar no sólo los presupuestos a nivel estatal o de la Comunidad de Madrid, sino incluso los presupuestos de distritos de Madrid, que en la última década han visto reducidas partidas tan fundamentales como la participación ciudadana, el deporte de base, la integración de la población inmigrante, la lucha por la igualdad de género, y un largo etcétera.
Mientras tanto, un altísimo porcentaje del dinero que se debería asignar a nuestros barrios se ha ido desviando año tras año a la construcción de macro-estructuras para deportistas de élite, eventos y material de promoción y publicidad, viajes pagados por todo el mundo a las “autoridades” para vender las maravillas de un futurible Madrid olímpico…
Durante años hemos tratado de combatir con datos y hechos esa vergüenza en la gestión de Madrid, pero ni siquiera voy a volver a analizar otra vez esos presupuestos del lobby neoliberal madrileño. Si echamos la vista hacia delante, y con los datos recientemente aportados por las administraciones, debemos poner el grito en el cielo al comprobar que con el dinero presupuestado para las Olimpiadas, unos 1.600 millones de euros, se podía pagar más de tres veces el brutal recorte en la sanidad madrileña; se podrían haber mantenido las cifras de inversión en los 4 últimos años del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); o podemos comprobar cómo ese presupuesto es 18 veces el que han “ahorrado” en su recorte en educación pública para que supuestamente esta Comunidad no se hundiera. ¿Pero no decían que no había dinero? Mentira tras mentira, y sólo hay que saber leer y sumar para entenderlo.
Señoras y señores del Partido Popular, no somos imbéciles y vemos los datos. Esos datos que dejan en evidencia que la apuesta por las olimpiadas en 2020 es la apuesta por continuar con un modelo capitalista y desigual: el modelo del saqueo de los derechos de la mayoría de los ciudadanos, del saqueo de dinero público cada vez más esquilmado, en pos de destinarlo a generar negocios privados para unos pocos, y casi siempre en los mismos círculos de poder.
La deuda del Ayuntamiento de Madrid alcanzó los 7.430 millones de euros a finales de 2012, y sigue aumentando, con unos intereses de más de 1.000 euros. Intereses que pagamos todos, y que se cobran los bancos, otra de las patas en las que se asienta este modelo de ciudad. El siguiente ayuntamiento en nivel de deuda, Barcelona, ronda los 1.200 millones, frente a los más de 7.000 de Madrid. Estamos hablando del ayuntamiento más endeudado de España, desde que los sueños megalómanos de Gallardón empezaron a traer a Madrid un modelo de gestión que continúa con el proyecto olímpico, y gracias al apoyo incondicional del PSOE. Este mismo ayuntamiento es el que sigue destinando año tras años, cantidades descomunales a este “proyecto”.
Está claro que ellos saben perfectamente dónde está la veta del negocio privado, y ya no hay demasiados disfraces con respecto a su modelo de ciudad, de ocio y de deporte: su apuesta no es la de generar espacios de ocio para jóvenes, adultos y mayores, espacios de ocio sano y de barrio, crear dotaciones y generar empleo con personal profesional cercano al ocio de los vecinos madrileños. Frente a esto, su apuesta son los macro-proyectos por los que suspiran multimillonarios, banqueros y especuladores: Eurovegas y Olimpiadas son dos de sus logros. Dos emblemas del actual régimen, en pleno funcionamiento en nuestra comunidad.
No es difícil tampoco echar la vista atrás, a nuestros vecinos del Sur de Europa: Grecia. Ellos vivieron hace menos de una década su proyecto olímpico, concretamente en el año 2004. El capitalismo europeo vendió a los griegos exactamente con los mismos argumentos aquellas olimpiadas: posibilidad de negocios, nuevos emprendedores, puestos de trabajo. Son los cantos de sirena de un sistema que deja tras de sí un país con millones de ciudadanos arrojados a una situación crítica de pobreza y desesperación que empezamos a comprender los españoles.
No podemos permitir más recortes a la población en nuestros derechos más fundamentales (Sanidad, Vivienda, Educación…) y soñar con el modelo de los grandes negocios para unos pocos, apostar desde el estado por los rescates multimillonarios a los bancos, y contemplar impasibles el hundimiento de la mayoría de la población. No podemos permitir que en 2020 ellos hayan ganado la celebración de unas olimpiadas y nosotros hayamos perdido el futuro de varias generaciones, que tendremos que buscar nuestro futuro lejos de los estadios olímpicos y de nuestra propia tierra.
* César Muñoz es Coordinador de IU Retiro y Miembro del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.
julia says:
Hace años que los madrileños no importamos a nuestros alcaldes. Esta ciudad es cada vez más inhumana, dura, individualista, irrespirable…
No hay conciencia de grupo, de barrio… Es el sálvese quien pueda. No hay asociacionismo.
Un pena…Ciudad provinciana.
Paco-ropa barata says:
Las Olimpiadas no resultan nada provechosas para mejorar una sociedad ni la calidad de vida de los ciudadanos de las ciudades donde se desarrollan. Eso es un camelo que repiten como loros para convencer a la gente. Las Olimpiadas, hoy más que nunca, son un negocio para unos pocos listillos de empresas privadas, y de ese tipo de aprovechados estamos sobrados en España.