J. E. Villarino.- Los últimos nombramientos de altos cargos en el nuevo gobierno de Mariano Rajoy, amén de sólida formación profesional, parecen -perdón- estar travestidos. Bueno, mejor digamos que trastocados o trabucados. Casi, o sin casi, ningún ministro es del ramo que como tal desempeña y su nombramiento obedece no tanto a su especialización en el meollo de su cartera, como a sus aptitudes para llevar a cabo una segunda derivada.
Traemos esto a colación respecto del nombramiento de D. Pablo Cavero como consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, si se tiene en cuenta que antaño casi todos los ministros o altos cargos se nutrían de los cuerpos de élite del Estado: abogados del Estado, Registradores, Ingenieros, Economistas del Estado, etc, pero raramente de banqueros.
La presidenta ha fichado a un banquero como consejero de transportes para adelgazar las cuentas del transporte madrileño y, que se sepa, entre el transporte y la banca no encuentro cosa en común, a no ser aquello de “coge la pasta y corre”, que no es al caso. La señora Presidenta quiere a este señor como consejero de transporte, no por sus conocimientos del ir y venir de los ciudadanos y los coches y los trenes por la comunidad, sino por otros problemas de que adolece el transporte en Madrid: la situación de METRO de Madrid con los 400 millones del ala que le ha tenido que soltar Aguirre a Gallardón, las promesas electorales pendientes que cuestan lo suyo, el tema peliagudo de las tarifas, la hipotética transferencia del estado a la comunidad de las Cercanías, y otras menudencias más. Todo ello indica que a la presidenta le preocupa más ahora la economía del transporte, que el transporte en sí. Y ha dicho, pues ficho a un banquero, y me lo resuelve.
Otro tanto en Fomento, en que una doctora en medicina y experta en gestión sanitaria y de la administración ha sido nombrada la jefa de las carreteras, autopistas, trenes y aviones, por ser una persona recta, íntegra y honrada. La segunda derivada, en este caso, ¿es que Fomento y sus empresas adláteres es/era la cueva de Alí Babá, un cachondeo, o algo parecido? Otrosí es: el señor de los trenes, presidente de RENFE Operadora, en vez de experto en llevar una empresa complicada, es experto en cuestiones del fisco y el presidente de Adif, un economista del estado para hacer y gestionar las vías, así como el nuevo presidente de AENA, que para nada es ingeniero aeronáutico.
Se nota que al gobierno de la nación y a algunos otros, como el de Madrid, les preocupa, sobre todo, la economía. Aguirre ha contratado como nuevo consejero de transportes a una persona de la que espera una fuerte reducción de la subvención de los más de mil doscientos millones anuales que corren a cargo de las arcas madrileñas y que se remangue para hacer malabares con las tarifas, amén de podar viejos sarmientos del metropolitano madrileño.
Quizá, el que un banquero se haga cargo del transporte de la comunidad de Madrid para cuadrar los números no sea malo. Quizá ayude o permita que primero se repiense el modelo territorial y luego el papel de cada modo de transporte en ese modelo, sus ámbitos y funcionalidades, tal y como concluíamos la semana pasada, revisando el vigente Plan de Cercanías de Madrid, de Fomento.
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Ilustración: Patri Tezanos
Jose Antonio Plaza says:
Lo lógico a cualquier cargo público es darle un margen de confianza. En esto caso además, el Sr. Cavero tiene unas magníficas credenciales que avalan su trayectoria en el terreno de la banca comercial. Esto indica que es un perfil eminentemente técnico, cosa nada baladí en los tiempos que corren, y más para un cargo en una consejería con una carga técnica tan elevada como la que le ha correspondido lidiar. Esperemos que sea un buen torero. La primera impresión, magnífica.