La Nave de Motores de Pacífico acoge este domingo un mercadillo retro

Madrid,

C. Linares.- Un fin de semana de cada mes, la Nave de Motores de Metro, el histórico edificio industrial de 1923 restaurado y convertido en museo en el número 49 de la calle de Valderribas, junto a la Biblioteca Pública Retiro, acoge el ‘Mercado de Motores’, un mercadillo en el que se venden bicicletas antiguas y otros elementos de almoneda y de estética retro.

Tras el primer fin de semana de apertura, el 10 y 11 de noviembre, el mercadillo ha vuelto a celebrarse este fin de semana del 1 y 2 de diciembre, y repetirá los días 22 y 23 de diciembre, 4 y 5 de enero, 2 y 3 de febrero, 2 y 3 de marzo, 6 y 7 de abril, 4 y 5 de mayo y 1 y 2 de junio, con entrada libre y gratuita.

Según los organizadores, este mercado “no pretende limitarse a la apresurada compraventa de objetos, sino al disfrute del tiempo libre entre piezas con una destacada apariencia de estética retro y a la posibilidad de tomar un aperitivo entre amigos”.

Además de las bicicletas, que serán las principales protagonistas, se venderá ropa vintage, colecciones de discos, juguetes, productos gourmet, flores y libros.

“También se podrá especial atención en el mobiliario y accesorios para el hogar procedentes de anticuarios”, explican.

Los productos irán cambiando en función de las colecciones, comerciantes y anticuarios que vayan participando y siempre habrá comida y bebida, que, cuando el tiempo lo permita, podrá degustarse en el exterior.

Esta iniciativa se enmarca en la estrategia de Metro de Madrid para obtener rendimiento económico de sus instalaciones.

La Nave de Motores se construyó en 1923 para solventar las posibles insuficiencias de suministro eléctrico y prestar un mejor servicio a la red de Metro. Es una central que podía transformar la corriente eléctrica suministrada por las compañías, y generar su propia energía, mediante la utilización de tres motores Diesel, de 1.500c.v. cada uno, adquiridos en Alemania.

También llegó a proporcionar energía al resto de las subestaciones de Metro, a la misma ciudad de Madrid y, en 1925, a las compañías eléctricas. Además, durante la Guerra Civil, suministró electricidad para el uso de la población de Madrid.

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