C. Linares.- El restaurante hindú Sagar de la calle Alfonso Heredia (antiguo Swagat, que en abril se mudó de esta calle a Núñez de Balboa) protagonizó este jueves 20 de diciembre por la noche el programa de Cuatro ‘Pesadilla en la Cocina’, en el que el televisivo chef Chicote intenta cada semana relanzar un negocio de hostelería a punto de cerrar por diversos problemas.
En este caso, el salón estaba cada vez más vacío y la deuda de los dueños era cada vez mayor, en gran parte por la “tiranía” a la que los dos cocineros, Babú y Amrik, tenían sometido al resto del restaurante, según explicaban en el programa. Los dos cocineros se han adueñado de los fogones y no admiten críticas a sus platos, llegando incluso a decirle al chef estrella que “si no ves que esto es fresco es que necesitas gafas”.
Chicote asegura que “el problema del restaurante es la absoluta dictadura de los cocineros“. Los propietarios confiesan que no vigilan el trabajo de Babú y Amrik, porque confían en ellos a pesar de que, como insiste Chicote, han creado “una auténtica dictadura” y su comida no valga “un pimiento”.
“Soberbios, arrogantes y altivos, los dos cocineros exigían que se cumplieran constantemente sus órdenes y voluntad y se aprovechaban de la bondad de los dueños para hacer y deshacer a su antojo”. En plena grabación llegaron a decir “o se va Chicote o nos vamos nosotros”.
Para solucionar los problemas de este hindú, el chef Alberto Chicote recurrió a uno de los cocineros más prestigiosos de este tipo de comida en Europa, el chef Nadeem Siraj, del Tandoori Station, el restaurante indio de la cercana calle José Ortega y Gasset 89, para poder doblar esfuerzos y combatir así la falta de actitud de los cocineros y el buen hacer de ambos salvó el servicio estrella que tuvo lugar después de que el programa renovara el local, dándole una apariencia más india, con mucho color.
A partir de ahora, el negocio deberá seguir adelante sin ayuda y el propio Chicote comprobará, en unos meses, si sus consejos han sido escuchados e incorporados en el trabajado diario de este restaurante.
— · —
Belén says:
Lo vi anoche. Espectacular el lavado de cara. Lo dejaron precioso. A ver si los dueños siguen las lecciones de Chicote y meten en vereda a los cocineros. Les deseo mucha suerte!
Patri says:
Qué asquito daba el cocinero del sitio: desganado, sucio… Yo lo echaba porque no pega nada con cómo dejaron de bien el local.
Ines says:
Genial el cambio. Ahora hace falta que el cocinero se ponga las pilas, que tranquilidad!
Héctor says:
Estuve hace más de un año y a pesar de lo amables que son no me imaginaba que existía esa tiranía de parte de esos cocineros tan soberbios . Espero que el lavado de cara y la mejora en la cocina consigan que el negocio continue , es siempre grato tener buena cocina internacional en Madrid .