Vietnam es y ha sido siempre uno de los territorios del sudeste asiático más apasionantes de visitar. Tras solicitar debidamente nuestro visado, un país que nos proporciona desde paisajes surrealistas hasta vestigios de la guerra del vietcong. Sin lugar a dudas, un viaje que, tanto en lo rural como en lo urbano, dejará en nuestro recuerdo una experiencia impresa para siempre.
Un territorio increíblemente natural
Quienes han podido disfrutar del exótico placer de visitar el continente asiático, sin duda se habrán planteado en algún momento ahondar en su exploración. Si bien los destinos más comunes se centran hoy en la India o China, lugares como Vietnam pueden suponer un verdadero cambio de tercio. Con un paisaje más abocado a lo rural que a lo urbano, este país del sudeste asiático goza de un 75% de su superficie repleta de bosques y un 40% de montañas. A todas luces, un apasionante paraíso tropical cuya poderosa naturaleza puede hoy aportarnos grandes dosis de libertad. La fórmula idónea para darle a nuestra mente el respiro que tras estos convulsos tiempos se merece.
A todo esto, cabe añadir que, además de las recomendaciones de viaje por antonomasia que es preciso esbozar para plantearse el vuelo, se requiere realizar previamente una solicitud de visado para Vietnam. Un importante documento cuya posesión certifica el motivo de nuestro viaje y que, del mismo modo que sucede para viajar a otros países como los Estados Unidos o Sri Lanka, deberemos adquirir cómoda y fácilmente. Eso sí, añadiendo que éste no se requiere si la estancia no es superior a 15 días y si se realiza una sola entrada al país. Sin embargo, siendo necesario tenerlo si se realiza una segunda o si el tiempo de viaje en el país se prolonga.
¿Es necesario solicitar un visado electrónico?
La razón por la que algunos países piden a sus turistas estar en posesión de un visado de viaje obedece a cuestiones de seguridad. Por una parte, se trata de un método que, además de realizarse vía online, permite a las autoridades del país receptor disponer de los datos de sus turistas y el motivo de su viaje. Si bien en ciertos países esto también se relaciona con actividades contra la lucha terrorista y la seguridad nacional, dicho certificado permite también detectar e identificar trabajadores ilegales u otras circunstancias legislativamente conflictivas. Al fin y al cabo, un filtro de control mediante el que calibrar el flujo y el tipo de individuos que ingresan al país.
Asimismo, tanto en el caso de Vietnam como para otros países, los visados electrónicos se dividen en distintas tipologías. Por una parte, encontramos el más común, el visado turístico, cuyo objeto es el de acreditar que el placer es la motivación de dicho viaje y que, por lo tanto, se trata de una estancia de tiempo limitado. Por otra, existen en distintos subtipos los visados de negocios. Éstos, acreditando que nuestra estancia será mayor a la de un turista, dado que el impulso de nuestro ingreso al país obedece a cuestiones laborales. Sea tanto en calidad de miembros de multinacionales como de empleados que acuden al país para trabajar.
¿Cuáles son los requisitos del visado a Vietnam?
En todo caso, los requisitos de visado para viajar a Vietnam deben cumplirse para poder acceder al país sin problema. Tras aclarar el motivo de nuestro viaje, presentando un pasaporte válido durante al menos 30 días después de la expiración del visado. Cuanto a la solicitud del mismo, llevarla a cabo sin encontrarse en Vietnam ni haber tenido conflictos legales con dicho país, además de haber reservado alojamiento. Del mismo modo, corroborando si el país acepta nuestra nacionalidad, dado que la pertenencia a un país hostil ante Vietnam puede dificultar o acabar con nuestra posibilidad de viajar a causa de ciertos intereses diplomáticos.
Por otra parte, y especialmente en el momento de llegada, debemos poder entregar nuestro pasaporte y una copia impresa del visado. Pero, más allá de esta formalidad que acredita la posesión de la documentación necesaria para el acceso a Vietnam, debemos estar exentos de problemas de índole psicológica que puedan suponer una amenaza para el pueblo nacional. Y, remarcándolo en especial en este contexto de todavía latiente pandemia, no tener ninguna enfermedad contagiosa. Marco donde entra tanto la reciente Covid-19 —y, por ello, obedeciendo los protocolos sanitarios que decida la ley vietnamita para prevenir un repunte de los casos— como cualquier otra.
Del paisaje surrealista a los escondites del vietcong
Una vez completados todos los retos burocráticos para acceder a Vietnam, ya sólo queda urdir un plan de ruta que nos permita, en el tiempo de estancia, apreciar cada detalle de belleza de este magnífico país. Como se ha mencionado, uno de los principales atractivos de Vietnam es su espacio rural, trabajado en una yuxtaposición de salvaje naturaleza y paisajes que parecen cuadros de un verosímil surrealismo donde la cámara apenas puede competir contra la experiencia. Uno de sus ejemplos, la imprescindible bahía de Halong, con 1.600 islas e islotes repartidas en su espacio marítimo. O las calmosas formas del cultivo de arroz en las montañas de Sapa.
Por supuesto, y si el interés radica en zambullirse de lleno en el pulso urbano de los vietnamitas, visitando el bullicio callejero de Hanoi, la capital de Vietnam, en cuyas laberínticas calles podemos perdernos disfrutando de cada pequeño descubrimiento. Una oportunidad también para visitar el casco antiguo de Hoi An, cuya arquitectura es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y cuyo color al atardecer nos hace presas casi de un sutil hechizo de belleza. Y, si somos un turista apasionado por la historia, los túneles de Cu Chi nos transportarán a las rutas secretas del vietcong para que, desde su clandestinidad, entendamos por qué Vietnam es tan especial.