S. R.- Los 39ºC que se alcanzarán estos días en Madrid han hecho que muchos madrileños comiencen a organizar sus vacaciones, huyendo de esta ola de calor para refugiarse en destinos vacacionales con temperaturas que estos días rondan los 23ºC, como es el caso de La Palma, la isla más noroccidental de las Islas Canarias y un paraíso para los que, además de de las altas temperaturas, quieren huir del asfalto, el estrés y las masas.
En La Palma, además de una temperatura idónea, el viajero encuentra un refugio natural en el que no sólo descansar sino también descubrir paisajes únicos en España: frondosos bosques de laurisilva, insólitos paisajes de lava, inmensos barrancos, playas de arena negra, enormes plantaciones plataneras, salinas… que pueden, o bien conocerse en coche o bien a pie, pues hay decenas de senderos diferentes -de sol, y también de sombra, diseñados para caminantes de todos los niveles.
Y, a diferencia de lo que ocurre en Madrid, allí se puede disfrutar de un cielo limpio y estrellado llegando a parecer que se puede tocar la Vía Láctea con la punta de los dedos, ascendiendo al punto más alto de la isla: el Roque de los Muchachos.
La Palma, que acoge el mayor telescopio óptico de Europa, sigue a rajatabla la Ley del Cielo. Las luces de la isla bajan de intensidad por la noche y ningún avión sobrevuela la isla hasta la mañana. Y en su parte alta las noches son casi siempre despejadas, por el clima y su situación geográfica, que favorece que la formación de nubes se produzca a una altura inferior a la cima.
Por todos estos motivos, muchos madrileños que desean alejarse del bullicio de la capital y buscan un paraíso cercano y así evitar realizar largos viajes de avión a otros países escogen La Palma estos meses de verano, en los que las frecuencias de vuelos desde el aeropuerto de Barajas son diarias -este año, por primera vez, y para cubrir la demanda creciente, incluso, habrán dos vuelos en un mismo día, algunas veces a la semana-.
En invierno, estación igualmente deseada por muchos madrileños para escapar del estrés y del frío, las frecuencias varían, pero con suficientes conexiones para que los madrileños sigan disfrutando de la isla.
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