L. Torres.- La plaza de toros de Las Ventas recibió en 2013 un total de 74.244 visitas turísticas para conocer el recinto en el que se celebran las corridas -no para asistir a festejos taurinos-: un 12,3% más que el año anterior, que fueron realizadas principalmente por italianos (18%), franceses (14%) y brasileños (9%).
También acudieron muchos norteamericanos y españoles (8 %) e ingleses con el 6%.
Todos querían conocer la plaza cuyo origen se remonta a 1934 (21 de octubre). En 1994, coincidiendo con el LX aniversario de la inauguración oficial de la plaza de toros de Las Ventas, el Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó un decreto por el que el edificio y todas sus instalaciones pasaban, a partir de esa fecha, a ser considerados ” bien de interés cultural con categoría de Monumento histórico-artístico“.
Para la entonces Dirección General del Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, la plaza de Las Ventas merecía este tratamiento especial por estar íntimamente ligado a la historia de la ciudad, a su evolución urbanística y al nacimiento del toreo moderno.
Antecedentes
La primera plaza provisional, de fábrica, estructura de madera y forma circular fue obra del gran arquitecto del barroco madrileño Pedro de Ribera y se instaló en 1737 junto al río Manzanares, en el paraje llamado Casa Puerta.
En 1749, según consta en los “Libros de Acuerdos del Ayuntamiento”, fue construida la primera plaza de toros permanente de Madrid. Se utilizaron materiales como cal y canto, ladrillo y madera y fue financiada por el Rey Fernando VI, y diseñada según el plano y alzado del arquitecto Mayor del Rey y Maestro Mayor de la Villa de Madrid, Juan Bautista Sachetti, interviniendo también en su construcción los arquitectos Ventura Rodríguez y Fernando Moradillo. Se encontraba ubicada en las eras próximas a la Puerta de Alcalá, y fue reformada en 1772 por el arquitecto Pló.
En 1860, el crecimiento de la población de Madrid obligó a que se iniciaran las obras de su ensanche que fueron supervisadas bajo la dirección del ingeniero y arquitecto Don Carlos María de Castro, quien en la “Memoria” del nuevo trazado de la ciudad proponía el traslado a otro lugar de la plaza de toros, y en concreto a unos terrenos situados detrás del Parque del Retiro, junto al arroyo del Abroñigal.
El proyecto de Castro tomó cuerpo, y en 1872 el Ayuntamiento inició el proyecto para la construcción de la nueva plaza, que se instaló definitivamente en la margen derecha del llamado camino de Aragón. Fue construida por los arquitectos Emilio Rodríguez Ayuso y Lorenzo Álvarez, con una capacidad de 12.000 asientos, era de estilo neomudéjar, y durante muchos años sería ejemplo de construcción para la mayoría de plazas de toros españolas.
La nueva plaza se inauguró el 4 de septiembre de 1874 y durante más de sesenta años fue escenario de las grandes gestas del toreo y de los toreros de los años finales del siglo XIX. Como ocurriera años después con la plaza de toros de México ante el interés por ver a “Manolete”, también en esta época la pasión por los toros llevo a “Joselito” a proponer la construcción de una nueva plaza, que pudiera acoger al doble de espectadores y que pudiera ser llamada con propiedad, monumental.
Por fin, la Monumental
Esta plaza permaneció operativa hasta su cierre, el 14 de octubre de 1934, para dar paso a la actual Monumental de Las Ventas. El solar de la antigua está hoy ocupado por el Palacio de los Deportes.
El proyecto fue obra del arquitecto José Espeliú, que murió y no llegó a verla terminada, concluyendo el proyecto otro destacado arquitecto Manuel Muñoz Monasterio, quien años después fue el arquitecto que diseñó el estadio Santiago Bernabeu. La construcción de la plaza se inició bajo la dictadura del General Primo de Rivera y se finalizó ya en la Segunda República y en este tiempo se vivieron muchas situaciones difíciles, entre otras causas, por el lugar escogido para su ubicación, que necesitó de abundantes desmontes y arreglos. La plaza se diseñó para una capacidad de 20.000 espectadores, aunque finalmente el número de espectadores se estableció en 23.798.
El 17 de junio de 1931, aunque la plaza no estaba terminada, se celebró la primera corrida de toros, organizada por el Ayuntamiento de Madrid, bajo los auspicios de su alcalde, Pedro Rico, con el fin de recaudar fondos destinados a los obreros parados de la ciudad. Pese a ello, en la fachada se señala como fin de obra el año de 1929. No obstante, la inauguración oficial se retrasaría hasta el 21 de octubre de 1934.
Además de utilizarse para la celebración de festejos taurinos, la Plaza Monumental de Las Ventas, ha acogido a lo largo de sus ochenta años de historia, otro tipo de funciones como grandes concentraciones musicales y deportivas, siendo inolvidable la actuación de Los Beatles en los años sesenta y más recientemente un partido de la Copa Davis de Tenis, en la que el equipo español se enfrentó al norteamericano. La plaza ha sido también escenario de grandes mítines políticos durante la Segunda República y en los primeros años de la Democracia.
En 1979, se acometieron las primeras obras de envergadura en el edificio para consolidar los tendidos, obras que se vienen realizando periodicamente y muy especialmente desde 2005 cuando la Comunidad de Madrid comprometió destinar el canon que percibía de la empresa concesionaria al mantenimiento y mejora del edificio, que ya queda dicho fue declarado patrimonio histórico artístico desde 1994. Relevantes han sido las obras que han dotado a la plaza de seis nuevos ascensores, unas modernas instalaciones sanitarias, puertas decapadas, una completa señalización externa e interna, unos corrales modélicos y una enfermería dotada de los últimos instrumentos tecnológicos. Y por supuesto todas aquellas destinadas a conservar su estructura.
Un edificio de estilo singular
Por lo que respecta al estilo del edificio, éste es un tanto singular, tal y como manifestaba el arquitecto que llevó a buen término la obra, Manuel Muñoz Monasterio.
“Hay edificios que por su marco tradicional -señalaba- parecen estar fuera del ambiente de la época actual. Entre ellos figuran las plazas de toros. En ellas se celebra un espectáculo en el que, aunque evoluciona, lo hace tan lentamente y su carácter es tan particular, que el edificio donde se celebre debe acusarle. He aquí el porqué la mayoría al pensar en ello, cae en la afectación de adoptar un estilo de los llamados españoles, bien sean el Renacimiento en su modalidad plateresca, el barroco o mudéjar.
La nueva Plaza de Toros -continúa Muñoz Monasterio-, trazada con un sentido constructivo moderno, se contenta en lo decorativo con la adopción de este último, tratado muy caprichosamente y con exceso de recargamiento en su fachada, en la que no hay ni un solo paño liso que ofrezca una nota de contraste. Tan solo en la capilla, lugar más íntimo, me permití una adaptación del estilo colonial mejicano, que por su carácter violento puede entonar con el resto. ”
En líneas generales, se describe la Plaza de Toros de Las Ventas, como un edificio con fachada de ladrillo visto, con decoraciones de cerámica variada que representan los escudos de todas las provincias españolas. Existen 18 puertas de acceso al recinto, destacando 4 de ellas: la Puerta de Madrid (popularmente conocida como Puerta Grande), la Puerta de Caballos y la Puerta de Arrastre, que dan acceso a los patios de caballos y de arrastre o desolladero, respectivamente, y la Puerta de los Reyes de España, la Familia Real y las autoridades políticas. Esta puerta es conocida también popularmente como Puerta de “ascensores”, en razón de que allí se encontraban los dos ascensores.
El edificio consta de cuatro pisos, con galerías circulares que conducen a las distintas localidades. Estas se clasifican en tendidos (bajos de la fila 1 a la 14 y altos de la 15 a la 27), gradas-palcos y andanadas. Los tendidos son localidades descubiertas y las dos últimas cubiertas. Asimismo, la plaza está dotada de servicios de bar y lavabos convenientemente distribuidos.
El conjunto arquitectónico se completa con dos patios: en el de cuadrillas está la capilla y ya en el túnel que conduce a la plaza hay un recientemente inaugurado cuarto de toreros, donde estos puedan velar los minutos previos a la corrida. En el patio de caballos se ubican también las caballerizas y los servicios para reconocimiento de equinos, petos y puyas. En el piso alto de este patio se encuentra ubicado el Museo Taurino y en otro lugar del patio dos viviendas para los dos conserjes de la plaza.
En el patio de arrastre, se dispone del desolladero de reses, y un espacio descubierto para depósitos de las mulillas. Al otro lado, la vivienda del mayoral de la plaza y las oficinas de la empresa que gestiona el coso y de la propietaria del mismo, en este caso, la Comunidad de Madrid.
Entre ambos patios de la plaza, se encuentran los cinco corrales donde se reconoce el ganado y donde se procede al sorteo de los mismos la mañana del festejo. Uno de ellos es más espacioso y sirve para el desembarque de las reses, y otros dos, son destinados al reconocimiento y apartado.
La plaza de toros de Las Ventas es desde hace algunos años un espacio cultural taurino lleno de vigor y actividad. Ello es fruto de la construcción en los bajos del tendido 10 y del tendido 4 de dos salas culturales que han sido bautizadas en honor de los toreros “Antonio Bienvenida” y “Antoñete”, respectivamente, que fueron queridos entrañablemente por la afición de Madrid. Ambas salas tienen acceso a las puertas más próximas a los patios de arrastre y caballos, lo que facilita su acceso directo desde el exterior y están ocupadas durante todo el año, incluso invierno, en el montaje de exposiciones de pintura, escultura, grabados, y fotografía, taurinas, y en la celebración de exposiciones conmemorativas de aniversario de toreros, y a la celebración de actos, conferencias, cursos, coloquios, presentaciones de libros, proyecciones de videos, organizados por el propio Centro de Asuntos Taurinos o bien por las muchas asociaciones y peñas taurinas existentes, que lo solicitan.
Finalmente, la plaza dispone de una enfermería dotada del más avanzado equipamiento para el reconocimiento médico de heridos y para la realización de interveciones quirúrgicas. Y en los altos del tendido 10 y entre el palco de la Presidencia y el de la Comunidad de Madrid se encuentra el Palco Real, al que tienen acceso exclusivamente los miembros de la Familia y Casa Real, aquellas personas que ellos designen y los diestros que actúan en la Corrida de la Beneficencia, organizada durante muchos años por la Diputación de Madrid, la actual Comunidad de Madrid, y que suele celebrarse en la primera semana del mes de junio.