El Paseo de Coches del Retiro, claro ejemplo de peatonalización ‘low cost’

C. Linares.- Tras las recientes declaraciones de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, en las que confirmaba que de momento no se van a realizar las peatonalizaciones previstas en el Plan de Calidad del Aire 2011-2016, debido a la actual situación de crisis, el medio de referencia sobre movilidad sostenible, Ecomovilidad.net, ha rechazado la “excusa” de la falta de presupuesto y achaca “la falta de apuesta del Ayuntamiento por la pacificación de la ciudad a una evidente falta de voluntad” porque, en su opinión, “peatonalizar sin obras es posible: ya se ha hecho”.

Según Ecomovilidad.net, basta con colocar bolardos con cadenas que impidan el paso a vehículos, como se ha hecho en algunas calles de Granada, o en Cuenca, cuya calle principal es peatonal desde esta misma semana con la simple colocación de jardineras de madera y árboles.

Pero no hay que salir de Madrid para ver ejemplos. Sin ir más lejos, un claro ejemplo se encuentra en el distrito de Retiro, dentro del Parque del Buen Retiro, y es el paseo de que da nombre al blog de tranporte de Zonaretiro.com: el Paseo de Coches. Este paseo, hoy vía de paso habitual de vecinos, patinadores y ciclistas, fue peatonalizado sin coste en 1983. Basta dar un paseo para comprobar que aún conserva su superficie de asfalto y marcas viales.

Más en el centro de la capital se encuentran la calle de la Ribera de Curtidores y aledañas, que se convierten en peatonales cada domingo para acoger el mercadillo del Rastro. Y el entorno de Sol tampoco requiere obras cuando cada Navidad se cierra al tráfico para permitir que la gente compre y pasee por el centro.

Ecomovilidad.net informa de que “en los últimos años hemos podido ver lo que entendía el Ayuntamiento por peatonalizar: realizar costosas e incómodas obras durante meses, alterando la tranquilidad de vecinos y comerciantes para colocar carísimo solado de granito pulido donde antes había asfalto. Pero no es la única manera de devolver una calle a las personas: basta con colocar vallas, bolardos o jardineras en sus extremos, instalar las respectivas señales verticales y dejar todo el espacio para los peatones. Un coste ridículo comparado con la enorme inversión necesaria para levantar todo el solado y colocar uno nuevo. Algo sin duda positivo, pero no indispensable en época de recortes sociales”.

Y sigue, “sólo una entidad municipal preocupada más por la imagen (o el negocio de las canteras de granito y las empresas constructoras) que por la calidad de vida de sus vecinos dejaría de peatonalizar una calle por no poder permitirse el coste de renovar y sustituir todo el suelo”.

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