El monumento del 11M reabrirá en abril tras una inversión de 300.000 euros

Madrid,

El monumento en recuerdo a las víctimas del atentado terrorista del 11 de marzo de 2004 en Atocha recuperará la luz en su parte exterior este miércoles 11 de marzo de 2020 y abrirá las puertas de su interior el próximo mes de abril.

Este monumento se terminó de construir en 2007 y es fruto de la colaboración institucional entre el Ayuntamiento de Madrid y el Gobierno de España, a través de Renfe y Adif.

Mediante un convenio de colaboración entre estas Instituciones se ha venido realizando su mantenimiento y ha sido necesaria la realización de otro convenio, firmado en 2018, para poder acometer su reforma. Todos los gastos que se generan en el monumento, se repercuten a las Instituciones, 50 % al Ayuntamiento, 25 % a Renfe y 25% a Adif.

El monumento constaba de una piel exterior de vidrio en la que se apoyaba levemente una membrana interior de un novedoso material denominado ETFE, similar a la silicona en lámina, en la que figuraban impresos los mensajes de condolencia hacia las víctimas. Esta membrana se mantenía erguida mediante un sistema de presurización desde una sala visitable en la planta -1 de la estación de Cercanías de Atocha, lo que hacía imprescindible el mantenimiento de la impulsión de aire 24 horas, y mediante unas puertas exclusas, que también soportaban sobrepresión y que se tenían que utilizar de forma alterna, nunca a la vez, puesto que provocaba la descompresión de la sala y el desplome de la membrana interna.

Con el paso del tiempo, la membrana interior comenzó a presentar pequeñas roturas por varias partes, lo que hacía que su geometría no se mantuviera según los límites proyectados y tuviera contacto con los focos, deteriorándose los dos sistemas: la lámina soporte de los mensajes de condolencia y la iluminación.

La reforma proyectada debía dar solución al deterioro por obsolescencia de los materiales, especialmente de la membrana interior para que pueda mantener los mensajes de condolencia, mediante la implantación de un nuevo sistema que permita colgar la estructura de la membrana sin necesidad de que la sala esté presurizada y modificar la iluminación con nuevas tecnologías que garanticen la sostenibilidad energética y hagan posible una nueva visión nocturna que mantenga vivo el recuerdo de las víctimas.

La obra realizada ha supuesto una inversión de 300.000 euros que repercutirá en ambas administraciones.

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