Las ‘medias verdades’ de la subida del Transporte

J. E. Villarino*.- A la Comunidad, a su presidente y al consejero de Transportes, se les ha llenado la boca estos días en decir que el transporte sólo va a subir el 3%, equivalente al IPC de 2012. Y, si no dicen más, ello es una flagrante mentira, que no se corresponde con los hechos. Vamos a intentar explicárselo de la forma más sencilla posible:

A los políticos se les dan mal los números porque la mayoría suelen ser de letras, aunque los hay también que son de nada. Unos, los listillos, los usan para trabucar la realidad a su interés, como el ascua a la sardina y, otros, los más, como su encefalograma es plano en matemáticas -y otras muchas cosas más-  tiran por la calle de lo menos complicado, proceda o no.

Como se puede ver en la tabla y el gráfico que acompañan estas líneas, la subida entre la realizada el pasado mes de Octubre de 2012 y las nuevas tarifas que la Consejería ha previsto implantar a partir del 1º de Febrero, es fuertemente discriminatoria. A una serie de tarifas no se les aplica subida alguna -cero subida-, mientras que a otras, sí se les aplica una subida y nada pequeña, que ni por el forro se parece al  2,99% del IPC.

Toda la subida se centra en los Abonos de Transporte: los conocidos abonos gestionados por el Consorcio de Transportes de la CAM: abonos mensuales, abonos anuales, abonos de la tercera edad, abono normal, abono joven, etc, según coronas. El resto de tarifas, que generalmente son títulos individuales sencillos de EMT, METRO, MetroBus, combinado METRO, servicios de Metro y Bus al Aeropuerto, y algún otro, no sufren subida alguna.

Claro está, si cogemos esta columna de ceros y números, sumamos y la suma la dividimos por el nº de títulos que han entrado en la suma, nos da una cifra: el 3%. Y aquí, se para el Consejero y el Presidente y lanzan las campanas al vuelo. Pero, sr Presidente y sr Consejero, la cuenta no es así.

Lo que uds han hecho es aplicar la llamada media simple o aritmética que estudiábamos cuando aprendíamos las cuatro reglas, pero hay muchos más tipos de medias: la geométrica, armónica, muestral, poblacional, etc. Entre otras, existe la media aritmética ponderada. Que es la que procede aplicar en este caso ya que cada uno de los grupos -tarifas- que entran en el cómputo las usan un nº  muy dispar de ciudadanos.

Claro, si aplicamos la media ponderada por el peso de los abonos de cada categoría, la cosa ya no sale tan bonita. Porque, oh casualidad, los viajeros afectados por la NO subida es del orden de 500 millones, mientras que el nº de viajeros afectados por las subidas de los abonos es de 1.000 millones, justo el doble (ver gráfico). Así pues, el resultado ya no es una subida del 3%, sino del 4,1%. Es decir, un punto, coma uno (1,1%) más que el IPC.

Pero, vayamos a por la tercera derivada. Si solamente nos fijamos en aquellos usuarios que usan los abonos y que son los únicos, repetimos: los únicos, que soportan y sobre los que descansa la recaudación de los euros de subida, ésta alcanza el 4,65%. 1,65 puntos porcentuales más de lo que dice la subida oficial. Es como el conocido chiste del pollo. Si tu y yo tenemos un pollo, estadísticamente nos hemos comido medio pollo cada uno; pero si la cosa no es así, uno se ha comido el pollo entero y el otro, nada. Pues, en este caso del transporte que nos ocupa, para unos, los menos, no hay subida, mientras que para otros, los más, la subida es nada menos que de cuatro  puntos porcentuales, con 65 centésimas de punto. Esta es la auténtica realidad de la subida prevista para febrero, no la estadística simple, ni la ponderada. Pero, al menos, utilicen esta última, que es la que procede y no tengan miedo por ello de pasarse de listos.

*José Enrique Villarino es economista y consultor, especialista en Transporte, y miembro del Foro del Transporte y el Ferrocarril (FTF).