J. E. Villarino*.- Creíamos que Renfe Operadora, al adoptar la técnica de Revenue Management para los trenes AVE y, posteriormente, para los de Larga Distancia, como sistema dinámico de establecimiento de precios, había abandonado el rígido sistema de precios comunicados a la administración y la fijación de las tarifas en función de la distancia y una serie de descuentos estáticos, provenientes del año de Rinchanpún.
Creíamos que el viejo sistema sería sustituido por el ya citado, un sistema dinámico de optimización, en función de lo que en cada momento hace, prefiere y está dispuesta a pagar la demanda. Parece que no, los precios suben y se fijan como siempre y luego ya no sabemos qué se hace o deja de hacer, con yield o sin yield. El caso, es que se apunta a los dos.
Para esto se han gastado -¿invertido?- muchos miles de euros: para que los precios a aplicar en cada situación, momento, producto, etc. sigan la dinámica que llevan los viajeros, pisándoles los talones a estos. Parece que no, y casi seguros estamos de que la operadora ni siquiera habrá echado la cuenta de cuál es el impacto de esa subida media probable del 2,75% que parece ha comunicado a la comisión delegada.
Visto desde fuera, parece tener un poco de “cara” cambiar el sistema fijo de fijación (valga la redundancia) de precios por uno dinámico y adaptativo y apuntarse a ambos, en un ejercicio del más difícil todavía como es simultanear el “comer sopas y sorber”. Para hacer más caja, todo viene bien y un saltito hacia arriba al año, siempre es bienvenido.
Como es bien sabido, la elasticidad es un concepto muy usado en economía, en muchos de sus ámbitos. La elasticidad no es otra cosa que un número, consecuencia de un cociente de dos porcentajes de las dos variables que se ponen en relación. Por ejemplo, La elasticidad demanda-precio, o simplemente elasticidad de la demanda, mide la variación relativa o porcentual que experimenta la cantidad demandada como consecuencia de una variación en el precio de un uno por ciento, en otras palabras mide la intensidad con la que responden los compradores a una variación en el precio. Entre estas dos variables, precio y demanda, lo habitual y la lógica económica dice que a incrementos positivos del precio, se produzcan decrementos de demanda (elasticidad negativa).
Bueno, pues la cuenta que a nosotros nos sale, que es muy muy semejante a la calculada por estudios académicos, nos dice que como valor medio la elasticidad demanda-precio para el mix de mercados de AV-LD es -0,4309, lo que significa que por cada variación unitaria del precio al alza, se va a producir una reducción de 0,43 unidades de demanda. ¿Lo han tenido en cuenta quienes han solicitado y analizado esta nueva subida de precios? ¿Y que a lo mejor subir ese porcentaje es hacer un pan con unas tortas? Pero, claro, en el revoltijo de subida de tarifas a la antigua usanza más revenue management. Vaya usted a saber…
*José Enrique Villarino es economista y consultor, especialista en Transporte, y miembro del Foro del Transporte y el Ferrocarril (FTF).