P. Rodríguez.- Pese a que el la página web de la R2 sigue figurando que es “una autopista de peaje de alta calidad y seguridad”, lo cierto es que esta carretera de pago que discurre a lo largo de 62 kilómetros entre la M40 y Guadalajara ha demostrado ser un nuevo fracaso de las radiales madrileñas, al entrar la empresa concesionaria que la gestiona -Henarsa- en concurso de acreedores, según informa el Boletín Oficial del Estado (BOE) este martes 17 de septiembre.
Henarsa, participada por ACS, Acciona, Abertis y Bankia ha acudido a los juzgados de lo Mercantil para acogerse a lo que antes se denominabasuspensión de pagos, con un pasivo que ronda los 400 millones de euros.
Basta echar un vistazo a sus cámaras aéreas para comprobar su escaso uso por parte de los madrileños.
Se trata de la última de las radiales de pago puestas en marcha durante el Gobierno de Aznar en torno a la capital española que aún no estaba en suspensión de pagos, tras la la R3 a Arganda, la R4, la R5, la autopista de peaje a Toledo (AP41), la AP36, que conecta Ocaña con La Roda, y la AP 7 entre Cartagena y Vera.
Desde el Ministerio de Fomento estudian ahora cómo afrontar esta deuda de 3.600 millones de euros. Se baraja la nacionalización de estas carreteras.
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