J. E. Villarino*.- Este año, 2012, se presupuestó subvencionar los billetes y los peajes de varias autopistas quebradas 1.297 millones de euros que en 2013 serán 1.083; es decir 214 millones menos. Para compensar a las familias, la cantidad resultante será de 977 millones y 106 para los peajes. En definitiva, un buen mordisco de un 16% a los billetes de los viajeros, mientras a las empresas concesionadas se prevé subvencionarlas con un total de casi 68 millones.
Por otro lado, la joya de la corona, METRO de Madrid, que el nuevo presidente de la Comunidad ya anda buscando a quien colocársela, es decir privatizar, se llevará 956 millones, con unas pérdidas esperadas de 30,8 millones, frente a los 79,4 de 2011, pérdidas que no se cree nadie.
Pues, esto es, más de lo mismo. Recorte tras recorte, al igual que estos últimos años. Me río yo de la excelencia de los gestores que desde “la privada” se pasan a “lo público” para introducir eficiencia y luego resulta que todo se queda en agua de borrajas. Ya lo dijimos: así gestiono yo, Maroto y el de la moto. La excelencia y la eficiencia las pagamos todos los ciudadanos con las subidas, que ahora suelen ser ya varias veces al año.
En Madrid, al menos, tenemos un sistema de financiación que no satisface a nadie. Ni el viajero sufraga la totalidad de lo que cuesta producir su transporte, ni las administraciones tienen una regla clara de lo que debe ser subvencionable y lo que no. Y lo que es peor todavía, no se le sabe explicar lo que se hace cada año. El galimatías de abonos que discrimina “ad personam”por normales, jovenes, viejos, cruzados con el tiempo, mensual, anual, que recuerda al sistema tarifario de la RENFE de los años 50 y 60, y que todavía sigue, ya hace tiempo que ha sido superado en otros países, con unas tarifas que discriminan más por criterios comerciales que personales. La consecuencia, el cabreo generalizado de los usuarios y no usuarios, padres, etc, que acompaña a cada subida y que nadie sale a explicar como Dios manda.
Por ejemplo, nadie explica que la subvención que recibe un billete de Cercanías de Madrid, lo paga él y el señor de Sayago en Zamora con los impuestos de todos los contribuyentes de la piel de toro. Quizá ésta sea la ortodoxia que yo estudié en los años 60, con mi maestro el profesor Fuentes Quintana (qpd) ya que los impuestos funcionan bajo el principio de unidad de caja y luego, a repartir. No se, pero hoy, me parece injusto. El abuelete madrileño viaja en Cercanías con un abono anual muy subvencionado de viajes ilimitados, en unos confortables trenes en invierno y verano, mientras el abuelo de Sayago, no tiene Cercanías, ni Media Distancia, ni AVEs, ni Larga Distancia. Un autobús, ni diario, a la capital, por unas carreteras parcheadas, y a correr. En Zamora capital, que se busque la vida.
Ya sabemos lo que nos espera este 2013: subida de billetes y “reordenación” de la oferta de servicios, que no tenga duda, amigo lector, no será a más, sino todo lo contrario. Porque, claro, los responsables de transporte, como se suele decir, lo tienen a huevo: Se reordena la oferta a la baja porque también la demanda va a la baja. Nada hay más difícil y complicado en la planificación del transporte, que recortar oferta, afectando al menor nº de viajeros. Además, que el afectado siempre dice, y con toda razón, ¿y …por qué me tiene que tocar a mi?
Esperemos que las cuentas de 2014, sean algo mejores. Tengo mis dudas.
*José Enrique Villarino es economista y consultor, especialista en Transporte, y miembro del Foro del Transporte y el Ferrocarril (FTF).