L. Torres.- Este lunes Metro ha anunciado el arranque de la segunda prueba piloto de la tarjeta inteligente que durará hasta finales de año. El consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Antonio Beteta, ha explicado que a partir de la puesta en marcha definitiva de este sistema, la validez de los abonos se medirá por días naturales y no por meses completos. “Es decir, que un usuario puede adquirir y activar la tarjeta cualquier día del mes y no necesariamente el día 1”, ha explicado, no como viene sucediendo hasta ahora.
Por su parte, la plataforma sobre movilidad sostenible y transporte público Ecomovilidad, ha denunciado tras el anuncio de Metro que, desde 2003, la Comunidad de Madrid ha presentado en decenas de ocasiones la nueva tecnología de tarjeta inteligente sin haberse tomado en serio su implantación. “La puesta en marcha, anunciada en un principio para 2007, ha ido retrasándose por falta de voluntad política, excusándose en etapas de pruebas mientras muchas otras ciudades avanzaban en su implementación”, sentencian.
Según la plataforma, apenas 38.000 personas (un 2,53% del millón y medio de madrileños con abono transporte) pueden disfrutarlo. Incluso con la ampliación a los jóvenes de la zona A, que ha anunciado este lunes Beteta, sólo se rozará el 10%: el resto de los madrileños seguirán utilizando el antiguo soporte magnético que no ha variado desde 25 años.
Nueva tecnología con muchas ventajas
La tarjeta sin contacto es una nueva tecnología con la que se facilita el acceso al transporte público, pues ya no habrá que introducir el billete en la máquina para su lectura. Esto permite agilizar la entrada en las estaciones y autobuses, además de sentar las bases para un posible sistema de tarifas integradas (en las que se cobre por viajes y no por medios utilizados) y otras ventajas como que el abono transportes deje de estar ligado a los meses naturales, o poder cancelarlo en caso de robo o pérdida.
La plataforma ha indicado además que, mientras Madrid prometía una y otra vez este sistema desde 2003, en otras ciudades como Valencia, Ávila, Zaragoza, Londres, Lisboa o París se implantó la tarjeta sin contacto y hace años que sus ciudadanos las utilizan en sus desplazamientos.