El Transporte en España es el sector menos sostenible económica, ambiental y socialmente

Madrid,

J. E. Villarino.- Por vez primera, la Secretaría General de la Energía, en su publicación La Energía en España 2007 grafió en un esquema de Sankey* los flujos del sistema energético español que, en definitiva, expresan la magnitud de nuestras fuentes energéticas y el destino de las mismas en los distintos sectores de consumo final. Algo así como los grifos energéticos de que nos abastecemos, los caudales y las cañerías por la que discurre la energía y los sectores destinatarios finales.

El transporte es el principal sector consumidor de energía final, cuya demanda supone el 66% de la demanda primaria de petróleo y el 38% de la demanda final, teniendo una participación ínfima el resto de fuentes.

Los modelos industrial y en especial el de transporte españoles no son sostenibles y mucho menos competitivos a medio/largo plazo. Tienen un alto coste económico y ambiental y son muy vulnerables y dependientes del exterior. Esta evidencia augura un problemático futuro para nuestro país, en un mundo en el que aumenta, cada vez más, la demanda de productos “limpios” y en el que las energías fósiles son cada vez más caras, escasas y localizadas en zonas políticamente muy inestables.

A estos aspectos que caracterizan la vulnerabilidad del modelo energético español se añade su elevada ineficiencia, medida ésta en la relación energía útil-energía no utilizada. Ante la inexistencia –al menos conocida por el autor- de estimación alguna a este respecto, tanto por organismos públicos como privados, se han aplicado a los sectores finales de consumo los ratios del modelo energético de EEUU, con un fin meramente exploratorio, aun a sabiendas de que la pautas de consumo energético españolas y las de EEUU difieren de forma evidente. En cualquier caso, puede decirse que el sector de transporte es el que presenta el ratio de ineficiencia más elevado, agravado en el caso español por la naturaleza importada, casi en exclusividad, del crudo. Se trata, además, del sector con una mayor contribución a la emisión de contaminantes de impacto directo en el calentamiento global. Es el sector menos sostenible económica, medioambiental y socialmente. Su incidencia en la  crisis actual da buena fe de ello. Los resultados se muestran en color azul en la imagen, completando el diagrama de la Secretaría general de la Energía del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

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Como puede observarse los dos sectores con mayor volumen de energía “no utilizada” son el ya citado sector de transporte y las pérdidas del sistema eléctrico, pudiendo decirse que, bajo los supuestos adoptados, es casi tanta la energía no consumida como la efectivamente utilizada. El sistema eléctrico se caracteriza por ser un sistema de generación en el que la energía no es almacenable, disipándose aquella en la que no son simultáneos el momento de producción y de consumo. Por otro lado, el sistema eléctrico tiene elevadas pérdidas en sus redes de distribución. El transporte tiene su principal factor de ineficiencia en los consumos ocasionados por las congestiones de las redes de transporte, cada vez más frecuentes y prolongadas, especialmente en las aglomeraciones urbanas de todo el planeta.

Conviene reseñar que las ineficiencias energéticas citadas no contabilizan el mal uso o despilfarro energético, que puede definirse como el mal uso o uso innecesario de un consumo determinado.

*Un diagrama-Sankey es la representación gráfica de los caudales (cantidad por tiempo) de p.e. energía, material o dinero a través de un sistema. Normalmente los caudales son representados por flechas, en los cuales el ancho es proporcional al tamaño del caudal mostrado. Mejor que números o descripciones el diagrama le explica cuales caudales benefician y cuales constituyen residuos o emisiones.

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