C. Linares.- El cinturón metropolitano M-10, el eje conocido popularmente como las rondas y los bulevares (un anillo formado por las calles de Génova- Sagasta- Carranza- Alberto Aguilera- Marqués de Urquijo- Ferraz- Pintor Rosales- Bailén- Gran Vía de San Francisco- rondas de Toledo, Valencia y Atocha y paseos del Prado y de Recoletos), estará listo antes de acabar el 2013, según ha asegurado este martes 17 de septiembre la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.
Creado mediante señalizaciones y marcas viales -tanto verticales como en la calzada-, tiene un coste inferior al medio millón de euros y supondrá una “mejora significativa del transporte público colectivo y las conexiones entre diferentes modos de transporte”, además de “más espacio para el peatón y la bicicleta frente a los coches”.
Son 10,3 kilómetros de ciclo-carril, 9,8 kilómetros de carril bus y 67 líneas adelantadas de detención en los semáforos para motos y bicis. Una actuación esta última, denominada “avanza moto-bici”, que permite a motoristas y ciclistas situarse en los semáforos unos metros por delante de los coches y autobuses. Esos metros, ha dicho Ana Botella, les permitirá colocarse adecuadamente para continuar su marcha y garantizará la visibilidad de su siguiente movimiento a los demás conductores.
Al reservar un carril para el autobús a lo largo de la M-10, la velocidad de servicio de las 25 líneas que utilizan total o parcialmente ese eje aumentará. “Esto se traducirá en una mejor frecuencia de paso y una mayor posibilidad de atraer usuarios”.
“La M-10 va a permitir en un futuro cercano redistribuir las líneas de autobús para disminuir el tráfico en el centro”, según Botella. Aprovechará la combinación de autobús y Metro en las paradas a lo largo del trazado: Argüelles, San Bernardo, Bilbao, Alonso Martínez y Colón. Y la EMT impulsará una redistribución de las líneas de autobús que no tengan como destino el centro para descongestionar aún más el tráfico.