Se disfrazaba de técnico de mantenimiento, con ropa manchada de polvo y grasa, y recorría Madrid en moto vendiendo popper(nitrito de anilo), una droga de uso extendido entre los homosexuales que al inhalarse provoca sensación de euforia, vasodilatación y aumento del deseo. La Policía detectó a comienzos de octubre el aumento de consumo de esta droga en la población joven y montó un dispositivo.
Cuando le detuvieron, vendiendo dos botes de popper a un joven en Chamberí, llevaba 17 botes y cinco teléfonos móviles, además de fundas de protección de bricolaje, llaves, un pequeño soplete, dos navajas y guantes de trabajo, para disimular si le paraba la Policía.
Tanto el camello como el joven cliente pillados infraganti confesaron la compraventa.
En el interrogatorio, el camello confesó que llevaba años vendiendo popper, que compraba a través de páginas web en Francia, Holanda o Austria, y que ésta era su única fuente de ingresos.