Dos semanas después del juicio por la muerte de su hijo, que tuvo lugar a las 06.40 horas del sábado 14 de septiembre de 2019 en la M-50 cuando un conductor borracho que circulaba en sentido contrario chocó contra el coche del joven de 20 años, que iba a trabajar en su primer día de trabajo como carnicero, Francisco López, padre de la víctima, se ha quitado la vida.
Aquel día Víctor López se levantó a las seis de la mañana en Rivas Vaciamadrid. A las 07.00 horas debía estar en el Carrefour de San Fernando de Henares, el supermercado que le había contratado dos días antes para el puesto de carnicero. El joven enfiló la M-50, que apenas tenía tráfico, pero de frente le vino un coche con un conductor borracho que circulaba a toda velocidad y que le mató en el acto.
Su padre nunca superó su pérdida y no soportó que la condena que se le puso al autor de la muerte de su hijo el pasado 15 de octubre de 2021, dos años después de los hechos, fuera sólo de ocho años de cárcel. El martes se colgó del cuello en una cancha de baloncesto de su localidad, Rivas Vaciamadrid.
Unos días antes, el tribunal había condenado a ocho años de prisión al autor de la muerte de su hijo: Kevin C., de origen chino, por un delito de homicidio de tipo doloso, otro de conducción temeraria y un tercero por conducir bajo los efectos del alcohol.
La sentencia sigue el criterio del veredicto del jurado popular, que consideró probado que era “plenamente consciente” del riesgo para la vida que conllevaba su conducta.
El tribunal destaca que circuló “con pericia” al adelantar a altas velocidades a varios vehículos, manteniendo el control de su coche antes de hacer un giro de 180 grados en mitad de la autopista para comenzar a circular en sentido contrario.
El tribunal ha tenido en cuenta que los efectos del alcohol -dio positivo con una tasa de 0,92 gramos por litro de aire espirado a los pocos minutos del accidente- mermaron levemente las capacidades de Kevin C., por lo que la jueza ha considerado en su sentencia una atenuante de alcoholemia que ya estimó el jurado.
Asimismo, recoge una segunda atenuante, en este caso por reparación de daños, a razón de los 87.000 euros con los que el acusado indemnizó a la familia de la víctima.
También ha sido condenado a nueve años de retirada del carné de conducir, así como a pagar solidariamente con la mutua de su vehículo a los padres de Víctor López 220.000 euros, de los que casi 200.000 han sido ya entregados.
Inicialmente el kamikaze dijo que no recordaba los hechos, pero al hacer uso de la última palabra pidió perdón por su “error” del que aseguró estar “completamente arrepentido”.
El abogado de Kevin C., Jorge Muñoz, anunció que recurriría esta sentencia.
El autor de la muerte del joven triplicaba la tasa de alcoholemia y circulaba en dirección contraria a 139km/h.
El fiscal sostuvo que no tenía dudas de que el acusado era “conocedor” de que circulaba en sentido contrario al establecido porque “aunque era de noche, el cielo estaba nublado y con lluvia intermitente”, la visibilidad en la carretera era “acorde” al alumbrado que llevaba “y a la iluminación existente en la vía y en el túnel”.
Señaló que esas circunstancias no le impidieron ver que los vehículos con los que se cruzó, “los cuales circulaban correctamente”, llevaban el alumbrado, “pudiendo observar toda la señalización vertical, horizontal, de balizamiento y seguridad de la vía, al revés, como las señales de hitos de arista que estaban orientadas en sentido contrario al seguido por él”.
A Kevin C.B. se le imputaban los delitos de homicidio, conducción temeraria con manifiesto desprecio por la vida de los demás y otro contra la seguridad vial.
El relato fiscal recogía que el conductor kamikaze decidió el 15 de septiembre de 2019 coger su coche “pese a tener sus facultades disminuidas como consecuencia de una previa ingestión de bebidas alcohólicas, lo cual mermaba su capacidad para manejar los mecanismos de dirección, control y frenado de un vehículo, así como aumentaba el tiempo de reacción ante acontecimientos imprevistos en dicha conducción, con pérdida de reflejos y de capacidad visual, y con el consiguiente riesgo para el resto de los usuarios de la vía”.
La Fiscalía subrayó que, pese a todo, el acusado partió hacia Arganda del Rey por la autopista M-50, una vía que conocía a la perfección “dado que la utilizaba normalmente y con mucha frecuencia para ir a Fuenlabrada y a su domicilio”, y que conducía a una velocidad muy por encima de la permitida (139 km/h).
El acusado, primero adelantó a otro turismo que circulaba por el carril central “aproximándose mucho al lateral izquierdo” y “provocando que tuviera que dar un bandazo hacia el carril derecho”.
A continuación, realizó maniobras irregulares “como movimientos en zig-zag, pasando de un carril a otro, de los tres posibles, sin indicar con las luces intermitentes, poniendo de esta manera, en concreto peligro la vida e integridad física del resto de los usuarios de la vía, alguno de los cuales tuvo que modificar su velocidad e incluso realizar maniobra como cambio de carril, para evitar la colisión y poder esquivarlo”.
Tras parar su coche en el arcén, el acusado reemprendió la marcha solo que esta vez lo hizo en sentido contrario “con pleno desprecio a los posibles resultados lesivos que pudieran derivarse de su acción y asumiendo el alto riesgo de llegar a atentar contra la vida e integridad física del resto de los usuarios de la vía, así como de causar daños materiales, peligro que con su acción estaba creando, y pese a que tuvo la posibilidad de evitarlo, no lo hizo”.
La Fiscalía apuntó que el acusado recorrió “aproximadamente” 1,9 kilómetros en sentido contrario al estipulado y a alta velocidad “rebasando a varios vehículos que tuvieron que realizar maniobras para evitar colisionar de manera frontal”.
ASÍ LO CONTAMOS EN ZONARETIRO EL DÍA DE LOS HECHOS
Un conductor kamikaze de 24 años acaba con la vida de un joven de 20 años esta madrugada en la M-50
A las 06:40 horas de este sábado 14 de septiembre de 2019, un conductor de 24 años que circulaba en dirección contraria por la M-50 ha chocado frontalmente con un coche que circulaba correctamente y ha provocado la muerte de dicho conductor, de 20 años de edad, que se dirigía a su primer día de trabajo como carnicero.
El kamikaze, que triplicaba la tasa de alcoholemia, sólo se ha roto un brazo y ha sido trasladado al hospital Gregorio Marañón.
El choque mortal ha tenido lugar a la altura del kilómetro 25 de la M-50 (abajo, en el mapa) en dirección Costada.
Tanto el kamikaze como el fallecido eran los únicos ocupantes de ambos vehículos.
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