Un pederasta madrileño residente en el barrio de sus víctimas ha sido detenido acusado de violación y abuso continuado de varios menores a los que llevaba a su trastero a jugar a videojuegos y a quienes pagaba entre 10 y 40 euros por participar en sus juegos sexuales que consistían en ver películas porno juntos, masturbarse ante ellos y violarles.
El detenido vivía con sus padres y en el momento de la detención intentaba convencer a dos menores de 7 y 10 años respectivamente para que le acompañaran a su trastero.
Grababa los abusos con un “bolígrafo al que se le encendía una luz roja” según denuncian sus víctimas, y constan al menos cuatro abusos por mes durante dos años.