S. R.- Una mujer madrileña vecina de la localidad de Algete ha acudido este caluroso miércoles 3 de octubre de 2018 a las 15.30 horas a la guardería de su hija de 21 meses de edad para recogerla, pero las cuidadoras le han indicado nadie la había llevado.
Tras llamar inmediatamente por teléfono al padre de la bebé, que era el encargado de hacerlo todos los días, la madre ha acudido al coche de éste, aparcado justo enfrente de la guardería, y ha comprobado que la niña estaba dentro, inconsciente. Fuera había unos 29ºC y la temperatura del interior del vehículo podía rondar los 40ºC.
El padre, tras haber dejado a sus otros tres hijos en el cercano colegio Valdefuentes, había acudido hasta la guardaría a dejar a la pequeña como cada día, pero se fue a trabajar sin hacerlo, al despistarse cuando recibió una llamada de trabajo.
Siempre aparcaba enfrente, dejaba a la niña en la guardería y se iba a trabajar.
Nadie vio a la niña, pues el coche tenía los cristales traseros tintados.
Asfixia por deshidratación
Los efectivos de emergencias le han realizado las maniobras de resucitación durante 45 minutos junto al coche, aparcado en la calle Ana de Austria, 32, en Sanchinarro, pero no han podido salvar la vida a la pequeña, que llevaba encerrada soportando altas temperaturas desde las 08.30 horas de la mañana y había muerto por asfixia por deshidratación, como ha confirmado la autopsia.
Homicidio imprudente
El padre ha sido detenido, acusado de un delito de homicidio imprudente, pero en un primer momento no ha podido ser interrogado debido a su estado de shock.
Tras prestar finalmente declaración en comisaría, ha quedado en libertad con cargos, a la espera de juicio.
Los delitos por imprudencia grave están tipificados con una pena de prisión de uno a cuatro años y los de homicidio por imprudencia menos grave, con penas de tres a 18 meses.
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