La Policía Nacional ha desmantelado dos bandas que se dedicaban presuntamente a cometer asaltos a entidades bancarias, supermercados y farmacias y ha detenido a seis personas en Madrid y Segovia, uno de ellos el conocido atracador Eduardo Camacho Chacón, que cuentan en sus antecedentes con dos homicidios.
Según ha informado la Jefatura Superior de Policía en un comunicado, los arrestados de uno de los grupos, formado por cuatro personas, eran considerados “especialmente violentos” y contaban con más de 60 detenciones anteriores.
Al grupo se le imputa su presunta participación en el asalto a dos bancos, tres supermercados y una farmacia en los distritos madrileños de Carabanchel, Centro, Ciudad Lineal y Tetuán.
Uno de sus integrantes es el “violento atracador de bancos” Eduardo Camacho Chacón, quien había sido detenido anteriormente y condenado por la comisión de dos homicidios -el de un empleado de banca en Torrevieja (Alicante) y otro de un policía nacional en Móstoles (Madrid)- en el trascurso de dos atracos.
Dentro de los detenidos figura también un hermano de Camacho.
Los hermanos fueron detenidos en la localidad segoviana de Bernuy de Porreros y los otros dos en Madrid.
En cuanto al otro grupo, integrado por dos hombres, se le atribuye participar presuntamente en el asalto a dos entidades bancarias durante los meses de agosto y octubre, donde llegaron a robar casi 200.000 euros, según la Policía.
Tras identificarles y registrar sus domicilios, los agentes intervinieron material relacionado con la comisión de los atracos y recuperaron más de 40.000 euros en efectivo.
Además, uno de los arrestados tenía tres órdenes de detención e ingreso en prisión emitidas por distintos juzgados.
Ambos grupos organizados utilizaban armas de fuego.
La investigación sobre la primera banda empezó el pasado junio tras asaltar dos de sus integrantes una sucursal bancaria utilizando armas de fuego con las que amenazaron a los empleados.
Mientras se investigaban estos hechos, los arrestados hicieron un nuevo robo en otro banco y los agentes comprobaron que el “modus operandi” era similar a los otros asaltos.
La Policía pudo comprobar que ambos grupos vigilaban y estudiaban toda la actividad que llevaban a cabo las entidades bancarias desde que abrían hasta que cerraban.
Posteriormente, los presuntos autores analizaban la actividad de las sucursales y perpetraban el robo con la técnica de “a la apertura”, es decir, dos de los integrantes iban a la entidad bancaria al momento de la apertura de las puertas con armas de fuego y amenazaba a los empleados.
Tras hacerse con el dinero, huían en un vehículo, en el que les esperaban los otros integrantes del grupo.