Dos hermanos, miembros de una manada formada por cuatro hombres, acusados de violar a una mujer con un grado de discapacidad intelectual reconocido del 65 por ciento en Collado Villalba declararon este martes 29 de enero de 2019 ante el juez que lleva el caso que la chica a la que encerraron durante horas y abandonaron en una gasolinera, donde volvió a ser violada, consintió las relaciones sexuales que mantuvo con ellos por turnos y con otras dos personas.
La víctima sufre un trastorno de la personalidad y del sistema osteoarticular, según fuentes próximas del caso.
Los hechos que investiga el Juzgado de Instrucción número 1 de Collado Villalba se produjeron en agosto de 2018 cuando cuatro jóvenes la obligaron a mantener relaciones contra su voluntad, mediante violencia e intimidación.
Tres de ellos la violaron presuntamente en una vivienda donde la encerraron varias horas.
El cuarto implicado, bajo la excusa de querer liberarla, la llevó a un descampado y también agredió sexualmente de ella.
Cambian de versión: “Sí hubo sexo, pero consentido”
En su comparecencia en sede judicial, los hermanos se retractaron de las primeras manifestaciones que realizaron negando haber mantenido un encuentro sexual con la denunciante. En cambio, antes admitieron que sí tuvieron en un encuentro sexual, pero «consentido» y sin uso de violencia.
«La primera vez negué las relaciones porque me lo dijo mi anterior abogada. Pero ahora quiero contar la verdad», dijo uno de ellos, explicando al magistrado que su cambio de declaración se produce al tener conocimiento de las pruebas genéticas del caso. De igual modo, se pronunció el otro de los procesados.
Según su relato, al que ha tenido acceso la agencia de noticias Europa Press, iba caminando con su hermano y otros de los procesados cuando observaron a una pareja discutir. Siguieron su camino hasta un chalet, donde habían quedado para organizar una barbacoa. Al rato, aparecen sus amigos con la chica que anteriormente habían visto discutiendo. «Me sorprendió», agregó.
A la vivienda también acudió la que era su novia, pero se marchó tras verle «borracho». «Escuché a alguien salir del baño y era la chica. Entró en mi habitación y me dijo que no me preocupara. Yo le dije que se fuera, pero ella quería sexo. Le dije que no, pero a la segunda accedí», relató ante el juez.
«No empleé violencia para obligarla a tener relaciones. Estuvimos hablando abajo y la conocí un poco. La vi de buen rollo y riéndose con los chavales», recalcó. Tras la relación, fue a buscar a su novia que se había quedado afuera en el coche. Según su relato, al día siguiente supo que su hermano también había estado con la chica.
En la misma línea, su hermano ha narrado a las partes que la chica se le insinuó en la barbacoa y subieron a la habitación a mantener relaciones sexuales consentidas después de que ella se lo hubiera ofrecido. «En todo momento, fue voluntario. Yo era virgen y ella me desvirgó», aseveró. Su defensa recalcó que los informes forenses «no han objetivado lesiones ni en la superficie corporal ni a nivel genital que permitan afirmar que la reconocida pudiera haber sido objeto de los hechos que se denuncian».
Encerrada durante horas
Según fuentes policiales, la víctima relató que los hechos tuvieron lugar de madrugada, tras ser abordada en la vía pública por varias personas y llevarla a una vivienda de forma engañosa, donde tres varones la obligaron, mediante violencia e intimidación a «mantener relaciones sexuales». La chica mantiene que fue «retenida en una habitación», la cual cerraban desde el exterior para evitar su fuga, por lo que también se les imputa a tres de ellos un delito de detención ilegal.
Posteriormente un cuarto individuo que no había participado en las violaciones dentro de la vivienda, y tras escuchar las súplicas de la víctima, la llevó hasta una gasolinera próxima a la casa donde ocurrieron los hechos iniciales, a un descampado cercano y «también la obligó a mantener relaciones sexuales».
Posteriormente, la víctima logró huir y se pudo personar en el Hospital de Collado Villalba, donde «se llevó a cabo el protocolo para este tipo de situaciones de forma inmediata». Una vez se interpuso la correspondiente denuncia, los Agentes del Equipo de Policía Judicial iniciaron las labores de investigación para la identificación de los cuatro autores.
Las cámaras de seguridad y el ADN permitieron su identificación y detención
Para ello, se visionaron las imágenes de todas las cámaras de seguridad de la zona, han realizado reconocimientos fotográficos, y «practicado un minucioso estudio de ADN», lo que les permitió localizar la vivienda donde ocurrieron los hechos, así como la plena identificación de los presuntos autores.
A finales de agosto se procedió a la detención de tres varones por su presunta participación en los hechos, y posteriormente se detuvo al cuarto individuo en la estación de la Avenida de América, cuando regresaba de Santander, ya que había abandonado la localidad de Villalba tras la comisión de los hechos.
Los detenidos son cuatro varones de edades comprendidas entre los 18 y 30 años, tres de ellos son de nacionalidad española y el cuarto es súbdito marroquí, y posee antecedentes por «multitud» de robos, e incluso uno de ellos por violencia de género.