Las bandas latinas de Madrid ingresan 9,6 millones de euros anuales en cuotas de pertenencia

Madrid,

Los 2.500 miembros de bandas latinas que hay en la Comunidad de Madrid aportan casi diez millones de euros anuales a las bandas en cuotas de pertenencia… o por abandonarlas: pues hay una multa de 3.000 euros para los que deciden irse.

El segundo Observatorio de Bandas Latinas en la Comunidad de Madrid realizado por el Centro de Ayuda Cristiano revela que la pandemia del Coronavirus ha incrementado de manera muy considerable el número de jóvenes relacionados con este fenómeno social y apunta las siguientes cifras:

• 2.500 jóvenes pertenecen a bandas latinas en Madrid: 500 adolescentes entre 11 y 13 años, 1.200 entre 14 y 18 años, y 800 entre 19 y 25 años
• A partir de los 11 años de edad
• Emergen las bandas exclusivamente femeninas
• Muchas bandas hacen el “paseíllo” a la salida de los institutos como si se tratara de un partido de fútbol
• Crece la fama de los youtubers pandilleros en las redes sociales
• Aparece por primera vez en España la Mara Salvatrucha y resurgen los Latin Kings
• El precio de abandonar: 3.000 euros por dejar la banda o refugiarse en la iglesia

Así lo cuenta el Centro de Ayuda Cristiano:

El segundo Observatorio de Bandas Latinas en la Comunidad de Madrid realizado por el Centro de Ayuda Cristiano revela que la pandemia de la covid-19 ha incrementado de manera muy considerable el número de jóvenes relacionados con este fenómeno social.

Además de que se ha adelantado la edad de incorporación a las bandas a partir de los 11 años de edad, por primera vez se cuantifica el negocio que mueven en cuotas superior a los 9,6 millones de euros anuales. También se analiza el crecimiento de las bandas exclusivamente femeninas, la presión de captación en los centros de enseñanza, la fama de algunos youtubers entre los pandilleros y la falta de un protocolo de asistencia a las familias por parte de la Policía Nacional, entre otras cuestiones.

Este segundo Observatorio, después del primer informe publicado en junio de 2019, analiza nuevos aspectos relacionados con este fenómeno en base a las fuentes directas del programa específico de reinserción de pandilleros que realiza el Centro de Ayuda Cristiano, iglesia evangélica radicada en Madrid desde el año 1993 con 4.000 feligreses, la inmensa mayoría de ellos de procedencia latina.

Toda la información proviene directamente de testimonios de adolescentes que han salido o están de proceso de abandonar una banda. En su conjunto, en los últimos cinco años esta iglesia evangélica ha atendido a unos 300 jóvenes directamente implicados.

En su globalidad, el Observatorio avanza una cifra de pandilleros de unos 2.500 jóvenes: 500 entre 11 y 13 años, 1.200 entre 14 y 18 años, y 800 entre 19 y 25 años.

El Observatorio ha sido coordinado por el pastor evangélico español Alberto Díaz, que previamente fue misionero en Estados Unidos durante 15 años, donde trabajó estrechamente con bandas juveniles norteamericanas y latinas.

En términos globales se contabilizan unos 50 grupos de Ñetas y Latin King, y más de 80 grupos de Trinitarios y DDP. Estas cuatro son las bandas latinas más numerosas en la Comunidad de Madrid.

El negocio de las bandas: 9’6 millones de euros anuales en cuotas

En el ámbito económico, el Observatorio avanza por primera vez en España una cifra sobre lo que representa una parte del negocio de las bandas juveniles: los ingresos por cuotas de pertenencia.

El montante de las cuotas de pertenencia a las bandas ha aumentado el último año. Aunque varía por franjas de edad y por bandas, en términos generales los pandilleros entre 11 y 13 años abonan a la banda unos 5 euros a la semana, entre 14 y 18 años unos 20 euros, y a partir de los 19 años alrededor de 50 euros semanales, aunque se han identificado casos semanales entre 200 y 500 euros por parte de los máximos jefes en el rango y entre aquellos que han profesionalizado su actividad delictiva con robos y vendiendo estupefacientes.

Las estimaciones del Centro de Ayuda Cristiano arrojan una media semanal sólo en cuotas (sin contar los beneficios de robos y venta de droga) de unos 185.000 euros semanales.

Este monto económico aproximado se obtiene de contabilizar las cuotas medias de estas franjas de edades: 2.500 euros a la semana entre los 500 jóvenes entre 11 y 13 años, 24.000 euros semanales entre los 1.200 pandilleros de 14 a 18 años, y 160.000 euros semanales de media entre los 800 miembros a partir de los 19 años. Si se extrapola esta cantidad por las 52 semanas del año, el dinero que manejan las bandas latinas en Madrid sólo en cuotas ronda los 9,6 millones de euros.

El importe de las cuotas de pertenencia se destina esencialmente a cuatro cometidos: organizar fiestas para fidelizar al colectivo, ayudar a los miembros con problemas o en prisión, para la compraventa de droga y para adquirir las armas.
El modo como los jóvenes consigan ese dinero no importa, aunque generalmente proviene de robos a personas en la vía pública (carteras, relojes, cadenas, anillos) o en tiendas, si bien también últimamente se están produciendo asaltos a domicilios particulares identificando previamente a la víctima haciéndole un seguimiento para perpetrar luego el robo. Igualmente es habitual que pidan dinero generalmente a su madre para adquirir otra cosa con alguna exclusa o sencillamente que roben el dinero en la propia familia.

Quien repetidamente no contribuya económicamente recibe sanciones conforme a su rango dentro del escalafón. La peor sanción es el denominado “minuto de pared”: recibir golpes durante ese tiempo por parte de tres o cuatro compañeros hasta caer al suelo ensangrentado. Se sabe también de palizas muy diversas, las más habituales son recibir puñetazos en las costillas y golpes con una tabla gruesa en el trasero.

Para el pastor Alberto Díaz, director del programa de bandas latinas del Centro de Ayuda Cristiano, “las bandas también son un gran negocio. Los más jóvenes no lo saben y se aprovechan los mayores”.

Los líderes o cabecillas territoriales de algunas bandas cobran un sueldo por hacerse cargo de las armas, y guiar y proteger al grupo. “Es su modo de vida”, afirma el pastor Díaz.

A partir de los 11 años de edad

Con la aparición de las redes sociales y la facilidad de acceso, la edad de incorporación a las pandillas también se ha adelantado este último año y en varias de ellas se han detectado jóvenes a partir de los 11 años de edad, aunque el grueso lo componen pandilleros entre 15 y 23 años.

Estos adolescentes menores van muy buscados, puesto que, cuando hay una reyerta, son ellos los encargados de portar las armas para, en caso de ser detenidos por la policía, evitar ir a la cárcel por su corta edad y, en el peor de los casos, pasar una breve temporada en los centros de menores.

Más chicas

La incorporación de chicas a las bandas igualmente registra un incremento significativo. De hecho, ya existen bandas exclusivamente femeninas, en particular las Latin Queens; aunque también hay muchas chicas en los DDP y Trinitarios.

Incluidas al principio en las pandillas en calidad de novias o amigas, pronto pasan a ingresar la nómina de la banda al convertirse en confidentes para obtener información de otras bandas. No son raros los casos de chicas que intentan ligar en discotecas con algunos jóvenes de otras bandas con el objetivo de obtener información: dónde se reúnen, cuántos son, cómo consiguen las armas, etc. También existe el efecto “postureo” fardando de que son novias de algún líder.

Se sabe que algunas tienen la misión de flirtear con algún adulto yendo a su casa y, tras ponerle alguna substancia en la bebida, perpetrar el robo u obtener información relevante para la banda.

Las mujeres son también muy buscadas para portar drogas y armas, dado que no suele haber muchas mujeres policías para cachear a las chicas en el momento de una eventual detención.

El “paseíllo” a la salida del instituto

El Observatorio del Centro de Ayuda Cristiano también revela cómo la pandemia ha afectado de manera muy significativa a muchísimos escolares sobre todo en el segundo y tercer curso de la ESO; y alerta de la urgencia por establecer controles policiales en las inmediaciones de los centros de enseñanza y por dar charlas a los alumnos sobre esta cuestión.

Varios institutos y colegios han visto cómo a la salida de las aulas en la calle los miembros de bandas hacen un paseíllo -como en los campos de fútbol- para amedrentar a los alumnos en el momento de abandonar la escuela. Los adolescentes débiles que sufren bullying se esconden dentro y en ocasiones han tenido que pedir protección para que algún profesor o el mismo director les acercara a su domicilio en su coche particular. También algunos institutos han tenido que llamar a la policía para que dispersara estos “paseíllos”.

Esta captación en los centros de enseñanza ha crecido durante la pandemia al estar cerradas las matinées de las discotecas, que históricamente eran puntos de captación de las bandas, en muchas ocasiones dueñas incluso de los locales.

Particularmente afectado en este aspecto se ha visto el IES Isaac Peral de Torrejón de Ardoz, con 1.142 alumnos, donde el Centro de Ayuda Cristiano ha impartido dos charlas a estudiantes de la ESO en primavera a petición del instituto. Varias bandas también intentan habitualmente captar adeptos en el colegio Raimundo Lulio de Vallecas, en el instituto Gómez Moreno de San Blas, en los colegios Santo Domingo Savio y Jesús María de Simancas, en el instituto Celestino Mutis de Villaverde, y en el instituto Ciudad de Jaén y el de Tierno Galván en Orcasur y San Fermín. Este tipo de episodios se repiten con frecuencia en otras muchas escuelas de la Comunidad de Madrid.

Crece la fama por ser ‘youtuber’ en las redes sociales

Otra novedad muy significativa de la pandemia es la proliferación reciente de youtubers que, al calor de la fama por interpretar rap y reguetón, pronuncian letras o asoman en sus videos símbolos relacionados con las bandas, sin que de ello puede extraerse que estas personas pertenecen a una banda.

Entre ellos figura El Jincho de Orcasitas, cuyo video oficial tiene más de 20.000 visualizaciones y que afirma ser seguidor de los DDP.

Otros youtubers a los que los pandilleros siguen son, por ejemplo, Sersy 23 (con 17.000 visualizaciones), los Bocones (con 14.000 seguidores en su video oficial), Little Nigga Niel 184 (con 13.000 visualizaciones), Biwan La Pauta, Ft. Jota, 3bu y JoFer.

https://www.youtube.com/channel/UCMpsCYnFmUTDOkcgph7t1pQ

https://www.youtube.com/c/BIWANLAPAUTA

También se ha incrementado el uso de videojuegos de guerra en las redes sociales a los que los pandilleros son aficionados, entre ellos destaca la afición al “GTA-Grand Theft Auto”.

El arsenal de armas

El mosaico de armas que utilizan apenas ha variado, aunque sí la facilidad como las adquieren a través de internet. Se trata de bolomachetes, catanas, navajas mariposa, cutters, bates de beisbol, pistolas de perdigones y armas cortas, casi todas ellas por menos de 50 euros excepto las pistolas y su munición, que las adquieren por unos 400 euros.

La Mara Salvatrucha llega a Madrid

En la actualidad, siete grandes bandas se disputan el territorio en la Comunidad de Madrid. Hay dos novedades respecto al último informe: la aparición de la Mara Salvatrucha en asociación con La 18, y el resurgimiento importante de los Latin Kings.

La Mara Salvatrucha es una banda en estos momentos muy minoritaria de origen salvadoreño. Está considerada como la más violenta de todas.

Las bandas siguen su particular batalla por controlar territorios, que pueden ser barrios enteros, manzanas o simplemente algunas calles o parques determinados.

En la actualidad, esta es su presencia territorial:

• DDP (Dominican Don’t Play) están activos en Alcobendas, Alfonso XIII, Aluche, Argüelles, Carabanchel Alto, Campamento, Ciudad de Los Angeles, El Carmen, Embajadores, Moncloa, Moratalaz, Oporto, Plaza Elíptica, Pozuelo, Prosperidad, Tetuán, San Blas, San Cristóbal, Tetuán, Villaverde y Vista Alegre.
• Trinitarios en Alcalá de Henares, Arca Azul, Ciudad Lineal, Cuatro Caminos, Estrecho, Fuenlabrada, Getafe, Guadalajara, Hoyo de Manzanares, Leganés, Nuevos Ministerios, Orcasitas, Plaza Elíptica, San Blas, San Cristóbal, San Cristóbal, San Fermín, Tetuán, Urgel, Usera, Vallecas, Villalba y Villaverde.
• Ñetas en Delicias, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Legazpi, Orcasur, Pacífico, Parla, San Fermín, Torrejón de Ardoz, Usera y Vallecas.
• Latin Kings en Alcorcón, Bilbao, La Latina, Lucero, Urgel, Aluche, Las Rosas, Oporto, Plaza Elíptica, San Blas, Getafe, Leganés, Parla, Torre Arias, Vallecas, Villaverde y Vista Alegre.
• Blood en Alcorcón, San Isidro, Usera y Villaverde Alto.
• Forty Two en Alcalá de Henares, Alcorcón, San Fermín, San Sebastián, Prosperidad, Hortaleza, Fuenlabrada, Leganés, Vicálvaro y Villaverde Alto.
• Mara Salvatrucha asociada al grupo La 18 en Asamblea, Puente Alcocer y Vallecas.

Sólo en el distrito de Tetuán se contabilizan aproximadamente 600 miembros de la banda Trinitarios y unos 250 de los DDP. En Aluche esta última banda contabiliza otros 150 jóvenes. La conflictividad también es habitual en el parque de La Viña en Entrevías, y en las inmediaciones del Camino de los Vinateros en Moratalaz. Por estas zonas se cuentan aproximadamente 250 Trinitarios, unos 200 DDP, unos 70 Ñetas y alrededor de 50 Latin Kings.

Los DDP dominan Ciudad Lineal y buena parte de San Blas a tenor de varios testimonios, y están en pugna permanente con los Trinitarios. Históricamente, Ciudad Lineal era un territorio de los Latin Kings antes de su desarticulación, y en menor medida de los Ñetas; lo que ha propiciado que este enclave sea actualmente una zona muy codiciada.

Dependiendo siempre del territorio, los Trinitarios rondan el puente de Alcocer, el parque de los Picoletos o la calle Escribanos en Villaverde. Los Forty Two, el parque de Acevedo.

Paradas de metro como Carpetana, Estrecho, El Pozo, Torrearias, San Martín o Campamento -como botón de muestra- son puntos de reunión habituales, al igual que los parques La Viña en Entrevías, El Calero de Ciudad Lineal y Arriaga en Pueblo Nuevo.

Fuenlabrada y Leganés son territorios particularmente conflictivos, donde compiten cuatro bandas enemigas: Trinitarios, Forty Two, Ñetas y Latin King. Son los Trinitarios y los Latin King los que más violentamente se enfrentan con el objetivo de ganar su imperio. En estos territorios podría llegar a haber unos 500 jóvenes pandilleros, según distintas fuentes.

En Getafe se suelen reunir los Ñetas por la calle Adolfo Marsillach. Aquí se han visto peleas entre bandas latinas y grupos de árabes y negros, que éstos últimos han afrontado igualmente con extrema violencia. En Alcorcón varias bandas compiten en el parque de las Comunidades.

En Parla se contabilizan unos 120 Ñetas y otros 40 miembros Latin Kings. En Torrejón de Ardoz los Trinitarios están ganando territorio.

Más discretos con la pandemia

Otra novedad importante que aporta este segundo Observatorio de las Bandas Latinas del Centro de Ayuda Cristiano es que, con la pandemia, los pandilleros han dejado de reunirse en parques, polideportivos y plazas públicas para reubicarse en inmuebles vacíos o abandonados, donde preparan sus acciones delictivas.

“La organización de fiestas ilegales en esos enclaves ha representado un subidón para las bandas”, afirma el pastor Alberto Díaz.

Señas de identidad

Sus señas de identidad también han variado y ya no visten externamente prendas identitarias. Ahora, estos jóvenes intentan pasar desapercibidos para no ser identificados por las bandas rivales ni por la policía. Ello no obstante, en sus reuniones más privadas sí muestran su típica indumentaria basada en colores y cadenas, además de realizar saludos y consignas específicas.

Instituto Isaac Peral de Torrejón de Ardoz

Los DDP son en su mayoría dominicanos, pero integran a colombianos y, en menor medida, ecuatorianos. Visten de negro; y sus lemas son “Amor de tres” y “Yo sin ninguno y ninguno sin mí”. Suelen llevar un collar de cuentas; el largo y la cantidad de colores marcan el rango del individuo. También visten habitualmente gorra negra. Parece que esta es la banda que más está creciendo en los últimos meses.

Los Trinitarios también son dominicanos en su mayoría. Visten sobre todo de verde. Les gustan las zapatillas “Nike” y acostumbran a llevar un pañuelo grande o bandana, que usan para cubrir su rostro en caso de ataque o para mostrar siete puntos o estrellas. Sus rangos son diversos: disciplina (los que velan por la puntualidad), ángel (quienes asisten a los jefes y atienden a las nuevas incorporaciones), tesorero, guerrero universal (que son los que organizan la estrategia de la pelea). También usan collares de color rosa, azul, verde y blanco. Su lema es “Amor de siete”.

Los Latin Kings incorporan diversas nacionalidades, esencialmente ecuatorianos, colombianos, peruanos, bolivianos y dominicanos. Ultimamente han vuelto a aparecer después de su desarticulación por la policía en 2013. Visten colores amarillo y negro. Su saludo es “Yo, King, vengo hacia ti con el puño derecho sobre mi corazón hasta 360 grados, fuerte rey sabio, con amor, honor, obediencia, sacrificio y rectitud”. También suelen proclamar: “Los cobardes mueren muchas veces antes de su muerte, pero los Latin Kings solo la prueban una vez”. El rango va de ser corona suprema (el máximo dirigente) a rey juramentado y probatorio por chapters o capítulos territoriales.

Los Ñetas acostumbran a ser puertorriqueños y ecuatorianos. Visten de blanco. Su lema es “Hermano grande protege a hermano pequeño”.

Los Forty Two lo forman esencialmente ecuatorianos y dominicanos, con algunos españoles y puertorriqueños. Van de blanco, rojo y negro.

Los Blood visten de rojo y negro.

Los Mara Salvatrucha visten de azul y blanco, y van muy tatuados en su rostro y cuerpo en general. Su lema es “Mandar, violar y controlar”. Son generalmente salvadoreños y hondureños. Están asociados a La 18, cuyo número tatúan en la cara, cuello o extremidades.

A todos estos jóvenes, en general de familias desestructuradas con el padre ausente y la madre trabajadora que regresa a casa a última hora de la tarde, las bandas les ofrecen un tren de vida y lujos que no podrían pagarse; y sobre todo una “familia” que, en la mayoría de los casos, suple la carencia de afecto que reciben en sus casas. Abundan las fiestas y el sexo en grupo (excepto en los Trinitarios) con la aquiescencia de las chicas. Allí los jóvenes encuentran también mucho alcohol, marihuana y cocaína.

Reyertas diarias

Las afrentas entre pandilleros son constantes, aunque no siempre aparecen en los medios de comunicación ni son detectadas por la policía.

Ya nada más empezar el año, el 5 de enero, hubo un grave altercado cuando cinco DDP dispararon a un joven de otra banda en Usera. El 6 de marzo un joven de 11 años fue apuñalado en Villaverde por un grupo de 15 jóvenes; el joven casi pierde el dedo meñique. Pocos días después, otro joven fue atacado con machetes en la cabeza y axila.

El 14 de abril un pandillero asesinó a tiros a un joven en el distrito de La Latina. Pocos días antes hubo otro tiroteo entre bandas en Ciudad Lineal y otra gran pelea entre Trinitarios y los DDP en Villaverde. Pocos días después un menor de 14 años recibió una herida profunda en la cara y semiamputación de la mano izquierda y otro joven también recibió varias puñaladas en un enfrentamiento en Usera.

También recientemente se ha celebrado un juicio a un miembro de los DDP por matar a tiros a un rival en Aluche en 2019 en el interior de un bar. La Fiscalía solicitó 24 años y seis meses de prisión.

El precio de abandonar: 3.000 euros por dejar la banda

En la actualidad son varios los jóvenes que están intentando salir de sus respectivos clanes, aunque con extrema dificultad.

Dependiendo siempre del caso, a un Ñeta le pidieron 3.000 euros para salir de la banda, a un Trinitario le han pegado 40 puñetazos en cada hombro… En general, cuando los pandilleros alegan que quieren abandonar porque se hallan al amparo de la iglesia, no reciben represalias.

Para el pastor Alberto Díaz, del Centro de Apoyo Cristiano, “entrar en una banda es fácil, pero salir es muy difícil. Es un proceso largo y que puede ser peligroso porque estos jóvenes tienen mucha información sensible”.

En la actualidad se siguen programas de rehabilitación en todas las iglesias evangélicas del Centro de Ayuda Cristiano.

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