Este viernes 20 de diciembre de 2019 ha trascendido que la Fiscalía de Madrid solicita dos años y seis meses de prisión para el exconcursante del programa de televisión ‘GH Revolution’, por la comisión de un delito de abusos sexuales en la localidad madrileña de Guadalix de la Sierra, donde se encuentra la Casa de Gran Hermano el 3 de noviembre de 2017, cuando se organizó una fiesta en el interior de la casa “en la que por el programa suministró a los concursantes bebidas alcohólicas”.
Abusador y víctima habían comenzado una relación sentimental unos 50 días antes.
La víctima, que durante el transcurso de la fiesta había ingerido “escasos” alimentos, bebió “al menos “cuatro chupitos de tequila, “por lo que alcanzó un estado de embriaguez que fue acentuándose y evidenciándose a partir de la media noche”.
Así, sobre las una y media de la madruga del día siguiente y, cuando ambos se encontraban en el dormitorio que ocupaban, el acusado, “que ya se había desprendido de sus pantalones”, ayudó a la otra concursante a descalzarse y a introducirse en la cama que venían compartiendo.
En ese momento, según afirma la Fiscalía, la joven conservaba puesta la “totalidad” de su vestimenta.
Acto seguido el acusado se introdujo en la cama mientras que la joven permanecía en silencio “en posición decúbito supino y con los ojos cerrados, realizando movimientos lentos y pesados, debido a su estado”.
El acusado, “guiado por un ánimo libidinoso y a sabiendas del estado de seminconsciencia en que se encontraba y aprovechándose de esta circunstancia, comenzó a realizar bajo el edredón movimientos de claro contenido sexual, pese a que balbuceando débilmente, dijo “no puedo”.
A continuación el acusado apretó su cuerpo contra el de la joven “en aras de satisfacer su deseo sexual, pese a que ella hasta en dos ocasiones levantó la mano como queriendo decirle que parara”.
El acusado pidió en varias ocasiones a la concursante que abriera los ojos, pero la víctima permaneció inmóvil.
Cuando ya el acusado le preguntó cómo se encontraba, ella “sólo” acertó a responder que se quitara, “momento en que aquélla se giró quedando de espaldas al acusado”.
La Fiscalía pone de manifiesto en su escrito que el acusado, tras cubrir a ambos con un edredón “continuó realizando tocamientos, frotamientos y movimientos de contenido netamente sexual, despojando a la víctima de su vestimenta, liberándole parcialmente de su ropa interior y desabrochándole el sujetador, pese a que ésta se encontraba ya en estado de inconsciencia”.
Sobre la 1:40 horas la joven se destapó la cara y un brazo “dejando ver su estado inerte”, lo que motivó la intervención de uno de los miembros del programa encargado del visionado de la grabación.
Las imágenes grabadas de estos hechos fueron exhibidas a la joven en la mañana siguiente, en una sala aislada, denominada Confesionario de Gran Hermano, “encontrándose ésta sola y sin más compañía que la voz en off del conocido como Súper, lo que provocó en un incremento del estado de desasosiego, trastorno y perturbación de ánimo que los hechos sufridos horas antes habían producido en ella”.
Este hecho saltó a los medios hace unas semanas y ha provocado la pérdida de decenas de anunciantes del programa.
El representante del Ministerio Público reclama al acusado una indemnización de 6.000 euros por los daños morales causados a la víctima, idéntica cantidad que a la productora del programa por los daños ocasionados a raíz de la exhibición a la perjudicada de las imágenes grabadas.
La acusación se presenta en la fase intermedia del proceso judicial después de que una juez determinara el pasado octubre la existencia de indicios de la comisión de un delito de abuso sexual.