Trampas contra el virus Zika en Atocha e intercambiadores

Madrid,

F. Mollá.- La Consejería de Sanidad, con la participación de la Universidad Complutense de Madrid y otras instituciones, ha comenzado a colocar unas 200 trampas en varias carreteras madrileñas situadas en lugares húmedos y resguardados para controlar la expansión del mosquito tigre, uno de los principales portadores del virus del zika.

La mayoría de los puntos elegidos están en las autovías A-2 y A-3 y Mercamadrid. Aunque también se colocarán en la estación de Atocha, intercambiadores de autobuses y estaciones de servicio donde pernoctan habitualmente camioneros.

El mosquito tigre tiene una expansión natural muy corta -aproximadamente 400 metros-, por lo que utiliza medios de transporte como coches, camiones o trenes para desplazarse por la geografía española, explicó Ángeles Vázquez, profesora del departamento de Zoología y Antropología Física de la UCM.

Las trampas son de dos tipos. Las denominadas de oviposición, que sirven para controlar los huevos de la especie y que consisten en cubiletes de plástico oscuro, de entre 200 y 1.500 mililitros, llenos de agua, con un listón de madera sumergido donde las hembras acuden a poner sus huevos y las denominadas BG Sentinel, que es para mosquitos adultos. Éstas emplean sustancias química que atraen a los insectos y se utilizan durante uno o varios días. Si los científicos detectaran en ellas muestras de mosquito tigre, podrían en marcha mecanismos de control.

Vázquez insiste en que “el 80% de las poblaciones del mosquito tigre dependen de la prevención que hagamos los particulares” y recordó que uno de los sitios favoritos de esta especie son los platos de las macetas, donde pueden quedar restos de agua, el caldo de cultivo ideal para para depositar sus huevos.

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