F. Mollá.- El Ayuntamiento de Madrid, de cara a continuar con la implementación de una política comunitaria en la gestión de los centros de Madrid Salud, ha decidido dejar de realizar las labores asistenciales en materia ginecológica a mujeres de edad avanzada. Este recurso se venía realizando de forma ya residual, dado que no responde a las competencias de Madrid Salud, sino del sistema sanitario vinculado a la Comunidad de Madrid. Además, el consistorio ya dejó de incluir a nuevas usuarias en el programa de menopausia en 2010. De hecho, en los últimos seis años, sólo se atendían a mujeres que se habían incorporado al programa con anterioridad a la citada fecha.
En este sentido, se trata de continuar con la reorientación de los centros de Madrid Salud (CMS) hacia la práctica comunitaria y de promoción de la salud pública. Es clave también entender la distribución de competencias entre las diversas administraciones. En este sentido, todas las cuestiones vinculadas con la asistencia sanitaria son una competencia de la Comunidad de Madrid. Si bien el Ayuntamiento sí puede velar porque los diferentes servicios de la Comunidad de Madrid, a los que se derivará a las pacientes, cuenten con los medios para dar una atención de calidad.
Este servicio en concreto, que se prestaba con una mayor dedicación de tiempo y un trato más cercano por parte del personal municipal, en la práctica plantea problemas importantes asociados a los límites de los propios equipos e infraestructuras. Estos problemas son la imposibilidad de financiar el tratamiento cuando existe una patología, la falta de vías de derivación claras cuando se detecta un problema que requiere una atención rápida, y la imposibilidad de dar el servicio a toda la población generando situaciones de desigualdad, entre otras cuestiones.
Esta reorientación y cese de los servicios y programas más asistenciales en Madrid Salud ha permitido dar servicios de promoción de la salud a la ciudadanía madrileña con resultados notables. De esta forma se ha llegado a las poblaciones que normalmente no demandan espontáneamente estos servicios; y que suelen coincidir con la más necesitada.
Esta apuesta ha permitido potenciar programas de salud sexual y reproductiva, de promoción de la salud en el ámbito educativo y de envejecimiento activo y saludable. También se han potenciado otras actuaciones como la alimentación, la actividad física y la salud, la promoción de la salud mental (o psicohigiene), la salud materno-infantil, la prevención y control del tabaquismo o las desigualdades sociales en salud desde un enfoque comunitario y empoderador de la salud.
Desde algunos de estos programas se seguirán atendiendo a muchas de las usuarias del antiguo programa de menopausia. Por ejemplo, en los aspectos que tienen que ver con sus estilos de vida (alimentación, sexualidad, actividad física) o con sus vivencias de sus momentos críticos vitales (incluida la menopausia, las separaciones, los duelos, la jubilación, etc.). Muchas de las usuarias del antiguo programa de menopausia tienen más de 60 años.
No obstante, el cese del servicio “revisión mujer adulta” ha sido paulatino y progresivo hacia los centros de salud de la Comunidad de Madrid, favoreciendo la transferencia de atención de estas usuarias por parte de la institución que tiene, no sólo las competencias, sino los medios para dar una atención de calidad en un programa de prevención de cáncer genital femenino y de la propia asistencia ginecológica.