S. R.- Tres días después de la muerte de un joven madrileño de 20 años por meningitis, se han detectado dos nuevos casos: un niño de 8 años, ingresado desde el domingo 18 de febrero de 2018 en el hospital de Torrejón, y otro de 5 años que igualmente ingresó el domingo en el hospital Infanta Leonor de Vallecas.
Y podría haber un cuarto caso: una mujer de 76 años, que se encuentra ingresada desde el viernes en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid con infección generalizada por la bacteria meningococo, causante asimismo de meningitis.
Así lo contamos el domingo en Zonaretiro
Un madrileño de 20 años, vecino de Torrejoz de Ardoz, ha fallecido durante la madrugada del jueves 22 de febrero de 2018 en el hospital de Torrejón de Ardoz a causa de una meningitis, que supone la inflamación de las meninges, que son unas membranas que cubren todo el sistema nervioso central (cerebro y la médula espinal) y del líquido cefalorraquídeo que contienen.
Esta inflamación puede tener diversas causas, aunque la más grave es la meningocócica, una forma de meningitis bacteriana; aunque, también puede estar ocasionada por virus, hongos, agentes químicos, fármacos, etcétera.
Falleció pocas horas después de empezar a sentirse indispuesto
Al encontrarse indispuesto, el jueves ingresó en el hospital de Torrejón de Ardoz, donde pocas horas después falleció.
Ese mismo día, Sanidad comenzó en el entorno del joven la quimioprofilasix (administración de una sustancia química, incluidos los antibióticos, para prevenir la aparición de una infección). Se llevó a cabo tanto en sus familiares como en la escuela de hostelería de Alcalá de Henares donde se estaba formando.
Desde la Consejería está realizando estudios epidemiológicos para determinar el tipo de meningitis y quiere trasmitir “tranquilidad “a la población.
La meningitis es una enfermedad infecciosa
El término meningitis bacteriana es equivalente al de meningitis piógena y se estima que la mortalidad de la meningitis bacteriana es de alrededor del 20% en adultos.
Los microorganismos causales más frecuentes son, además del ‘N. meningitidis’ (meningococo), el ‘S. pneumoniae’ (neumococo) y ‘Haemophilus influenzae’, si bien este último prácticamente ha desaparecido en muchos países desde el uso generalizado de la vacuna.
Puede verse en todas las edades de la vida, pero la meningitis vírica es más frecuente en neonatos y niños.
Después, la frecuencia desciende en la edad adulta pero no desaparece.
Los pacientes que no tienen bazo y los que tienen algunas enfermedades, como mieloma, tienen más riesgo de meningitis neumocócica y los pacientes mayores o con enfermedades inmunosupresoras como leucemias que bajan las defensas- pueden tener mayor riesgo de meningitis por listeria.
También puede haber mas riesgo de enfermedad meningocócica en convivencias en barracones o grandes aglomeraciones.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza, nauseas y vómitos. Se puede acompañar de agitación, obnubilación y disminución del nivel de conciencia y de aparición de crisis epilépticas y otros signos de afectación cerebral.
El dato más destacable en la exploración física es la rigidez a la flexión del cuello o rigidez de nuca.
Transmisión
La transmisión es diferente para cada microorganismo. En el caso de meningococo, que era muy frecuente en España en los 80 y 90 del siglo pasado, se transmite por vía aérea y puede haber brotes.
Ésta es la única para la que hay que administrar profilaxis a los convivientes, para evitar nuevos casos y precisa aislamiento respiratorio las primeras 24 horas de tratamiento.
Las otras bacterias que son causa frecuente de meningitis suelen formar parte de la flora faríngea y por alguna razón consiguen llegar al líquido cefalorraquídeo, ya sea por contigüidad, como complicación de otitis por ejemplo, o por la sangre.
Tratamiento
Para la meningitis bacteriana hay que realizar tratamiento antibiótico por vía endovenosa, para la mayoría de los casos se utilizan cefalosporinas de 3ª generación, la duración varía en función del microorganismo causal entre 4 y 21 días.
También se utiliza simultáneamente y durante los primeros días de tratamiento dexametasona para disminuir la hipertensión intracraneal y el edema cerebral y así tratar de mejorar el pronóstico.
Meningitis meningocócica
La enfermedad meningocócica es potencialmente fatal y siempre debe ser visto como una emergencia médica, ya que puede ser muy grave, evoluciona rápidamente y puede matar en pocas horas.
El diagnóstico inicial de la meningitis meningocócica puede hacerse por examen clínico seguido de una punción lumbar que muestra un fluido espinal purulenta. Las bacterias a veces pueden verse en los exámenes microscópicos del líquido cefalorraquídeo.
El diagnóstico es compatible o confirmado por el crecimiento de las bacterias a partir de muestras de líquido cefalorraquídeo o la sangre, mediante ensayos de aglutinación o por reacción en cadena de la polimerasa (PCR). La identificación de los serogrupos y Prueba de Susceptibilidad a los antibióticos son importantes para definir las medidas de control.
Tratamiento adecuado con antibióticos se debe iniciar lo más pronto posible, idealmente después de la punción lumbar se ha llevado a cabo una punción si tal puede realizarse inmediatamente.
Si el tratamiento se inicia antes de la punción lumbar puede ser difícil de cultivar las bacterias desde el fluido espinal y confirmar el diagnóstico. Una gama de antibióticos puede tratar la infección, incluyendo penicilina, ampicilina, cloranfenicol y ceftriaxona.
Grupo A meningococo es la causa principal de las epidemias de meningitis y representa alrededor del 80% al 85% de todos los casos.
Estas epidemias mortales se producen a intervalos de 7 a 14 años en los 25 países del ‘cinturón de la meningitis’, una franja de tierra que se extiende en África, desde Senegal en el oeste hasta Etiopía en el este.
Alrededor de 450 millones de personas en esta área están en riesgo de la enfermedad.