F. Mollá.- Desde la Consejería de Sanidad se ha puesto en marcha una iniciativa para promover el uso seguro de tarteras y evitar posibles infecciones alimentarias, mediante la edición de 6.000 folletos informativos y recomendaciones en www.madrid.org/seguridadalimentaria.
Los dípticos, disponibles también en esta web, se van a distribuir en ayuntamientos, colegios y Servicios de Salud Pública de la región.
Ante el uso generalizado del transporte de alimentos en tarteras para su consumo en el trabajo o centros educativos, es conveniente seguir unas pautas de correcto manipulado de alimentos: la compra del envase, el transporte y el consumo, pasando por supuesto por la preparación de la comida.
El envase debe estar identificado con el símbolo de la copa y el tenedor o con la mención “para contacto con alimentos”, y además, hay que asegurarse que los recipientes plásticos especifiquen que son aptos para el microondas si se va a utilizar éste.
A la hora de preparar la comida es prioritario mantener unas adecuadas prácticas higiénicas. Un plato preparado no debe permanecer en el refrigerador más de 48 horas. La mayoría de los alimentos que se trasladan en tarteras requiere refrigeración, de ahí la importancia de introducirlos en bolsas con tamaño adecuado y que eviten pérdidas de frío, además de utilizar recipientes isotérmicos o de frío.
Los alimentos más recomendables para comer de tartera son los hidratos de carbono y platos de verdura. Debemos evitar aquellos que contengan huevo crudo o poco cocinado, nata o carne picada.
En el caso del pescado o derivados hay que asegurarse que está totalmente cocinado.
Se deben separar los alimentos crudos de los cocinados para evitar contaminaciones cruzadas, y deberá, en su caso, emplearse, más de un envase.