P. Rodríguez.- A pesar de que hace unos meses aseguró que éste “no es el momento de grandes propuestas o de ambiciosos proyectos” sino el de “rentabilizar las inversiones”, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha anunciado este martes durante una visita al Barrio de Las Letras la elaboración de un Plan Director para “revitalizar” la calle Atocha y convertirla en “la puerta de entrada al centro histórico” nadas más haber concluido las obras del barrio de las letras. El Consistorio va a estudiar los criterios para el diseño y la reordenación de la calle Atocha y hacer de ella “un espacio que articule, vincule y sea puerta de entrada al centro histórico”, en palabras del primer edil.
Gallardón ha avanzado que, además de actuar en las plazas de Antón Martín o Jacinto Benavente, el plan prevé el aumento de las superficies peatonales, la mejora de la accesibilidad y la conexión con espacios de los barrios de las Letras y Embajadores, como las plazas del Ángel, Santa Ana, Tirso de Molina y Lavapiés. “Todo ello acompañado de medidas para revitalizar las actividades comerciales, rehabilitar el patrimonio arquitectónico y mejorar el paisaje urbano”, ha añadido el alcalde.
Gallardón ha adelantado este proyecto durante su visita al Barrio de las Letras, donde ha terminado la tercera y última fase de las obras de urbanización e infraestructuras de Huertas. Las actuaciones se han extendido a 35 calles y plazas, que suman 51.325 metros cuadrados y 6 kilómetros de longitud, con una inversión cercana a los 15 millones de euros, de los que el 74% (11,1 millones) son de aportación municipal y el resto corresponde a las restantes administraciones públicas.
La primera fase comenzó en 2001 con la reforma de la plaza de Santa Ana, y le siguió una segunda en la que, a través de la calle Huertas, se creó un itinerario peatonal entre el Museo del Prado y el Palacio Real. Y en la tercera y última fase, que ahora finaliza, se ha actuado sobre el resto del ámbito para crear espacios de coexistencia sin bordillos ni obstáculos y renovar todas las infraestructuras y redes de servicios. La intervención ha potenciado dos nuevos ejes del barrio: la calle Prado, que al suprimirse el aparcamiento y estar incluida dentro del Área de Prioridad Residencial, se ha convertido en un corredor prácticamente peatonal entre las plazas de las Cortes y de Santa Ana, y la reordenación de la calle Duque de Medinaceli y la plaza de Jesús para facilitar el acceso a la iglesia de Jesús de Medinaceli y al Hotel Palace.
Asimismo, los trabajos han incluido la instalación de nuevos sistemas de alumbrado público, cámaras de control de acceso de vehículos, riego, recogida de aguas pluviales, la adecuación de las redes de los servicios de agua, electricidad, gas o telecomunicaciones y la plantación de 596 árboles.
Más de 1.200 vivienda rehabilitadas
En cuanto a las viviendas, el Ayuntamiento ha acometido numerosas actuaciones que se prolongarán hasta 2013. En diez años y con una inversión de 36,6 millones de euros, de los que 3,9 han sido aportados por el Ayuntamiento, se han rehabilitado o están en proceso 1.298 viviendas y 218 locales. También son de origen municipal los 235.000 euros destinados a obras vinculadas con la Inspección Técnica de Edificios en 171 viviendas y 23 locales, o los 2,8 millones invertidos por el Ayuntamiento en la rehabilitación del edificio que cuenta con el primer aparcamiento robotizado.
Por otro lado, el regidor ha destacado la “complicidad” de la Administración con la ciudadanía y viceversa, que se ha transformado en la mejora de este punto del corazón de la capital. También ha incidido en la necesidad de superar los “errores” urbanísticos del siglo XX, que pasaban por concebir la calle como espacio donde se estacionaban y desplazaban los automóviles mientras que ahora se concibe como la “alfombra urbana que da acceso a los domicilios y a los comercios” siendo la “extensión de la actividad privada”. Este barrio, en el que viven 10.000 personas, ha recuperado, gracias a una inversión en infraestructuras y urbanización de 15 millones de euros, “la esencia de su arquitectura, la belleza de sus calles o el sabor del comercio tradicional”, como ha destacado Gallardón.