S. R.- El número 2 de Aguirre, Francisco Granados, se estaba construyendo en Valdemoro una mansión valorada en unos seis millones de euros, presuntamente provenientes de sobornos a cambio de contratos públicos. Las obras quedaron paralizadas con motivo de la Operación Púnica. Ahora, según informa El Mundo, Anticorrupción habría pedido su embargo.
La mansión, que no podrá ser terminada, iba a contar con sauna, una piscina forrada con cuarcita dorada, ducha con cromoterapia y aromaterapia, tres chimeneas, gimnasio, bodega y dos salas de juego, además de una habitación del pánico.
Las fiscales que trabajan en la causa abierta por la ‘Operación Púnica’ tratan de recuperar activos de los investigados para cubrir posibles responsabilidades civiles a raíz de la sentencia.
A Granados se le imputan los delitos de cohecho, tráfico de influencias, blanqueo, malversación y organización criminal, entre otros.
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