F. Molla.- El pique entre Aguirre y Gallardón no cesa. La Comunidad de Madrid ha paralizado, mediante la fórmula del silencio administrativo, la reforma del eje Prado-Recoletos de Madrid propuesta por el Ayuntamiento de la capital, al considerar que no cumple las normas de protección medioambiental que debe. Así lo ha confirmado un portavoz de la Consejería de Medio Ambiente, que ha explicado que la Comunidad de Madrid ha optado por expresar su rechazo al proyecto que presentó el Ayuntamiento el pasado mes de octubre aplicando el silencio administrativo, una opción posible ya que se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC).
La Comunidad tenía un plazo de cinco meses para pronunciarse sobre el proyecto, que finalizó el pasado mes de abril, y al no contestar “no se podrá ejecutar”, ha precisado la Consejería, que ha remitido a las declaraciones hechas el pasado jueves por el vicepresidente del Ejecutivo, Ignacio González, sobre este asunto. González dijo al término del Consejo de Gobierno que a todos los municipios se les exige que cumplan las normas de protección medioambiental y del Patrimonio.
El vicepresidente advirtió de que la Comunidad debe velar por que se cumplan las exigencias contenidas en la declaración de Bien de Interés Cultural del eje Prado-Recoletos, que se aprobó en 1999 y que recogía “un altísimo grado de protección” y una serie de exigencias medioambientales y de protección del patrimonio que se deben salvaguardar con “las limitaciones y en los términos” establecidos.
Destacó asimismo que en el proyecto del Ayuntamiento hay extremos de la declaración de BIC “que se tocan y se tienen que resolver”, pues de lo contrario -advirtió- el plan municipal “no se podrá ejecutar”.
Un túnel y 1.342 árboles
El Ayuntamiento de Madrid remitió el 7 de octubre de 2010 a la Comunidad de Madrid el proyecto definitivo de reforma del eje Prado-Recoletos sin incorporar el túnel que demandaba el Ejecutivo autonómico y sin talar ninguno de los 1.342 árboles que existen.
El alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, explicó en ese momento que la construcción de un túnel bajo los paseos del Prado y Recoletos ya quedó “descartada” en 2002 por acuerdo unánime del Pleno municipal, lo que convierte a aquella decisión en “un mandato” que sólo se podría obviar anulando el concurso del proyecto y aprobando otro.
Gallardón confió entonces en que la Comunidad emitiese la declaración de Impacto Medioambiental “en breve”, sin agotar los cinco meses de plazo estipulados, y dijo que no tenía “ninguna inquietud en ese sentido”.
Sobre esta polémica se ha pronunciado este domingo el portavoz de Urbanismo en la Asamblea de Madrid, Antonio Fernández Gordillo, quien ha criticado, en un comunicado, la “absoluta arbitrariedad” del Gobierno regional “a la hora de aplicar y asumir las indicaciones de los informes de impacto ambiental que requiere la construcción de grandes proyectos urbanísticos”
Fernández ha afirmado que el Ejecutivo regional realiza los informes de impacto ambiental “a capricho de Aguirre” y no tiene en cuenta que el proyecto del Ayuntamiento cuenta con el apoyo de todos los grupos municipales.
El portavoz socialista ha pedido al Ejecutivo de Aguirre rigor administrativo y político y ha avanzado que pedirá la comparecencia de la consejera de Medio Ambiente en la Asamblea.