J. E. Villarino*.- “La Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE) fue una empresa estatal española que operó la red nacional ferroviaria de ancho ibérico entre 1941 y 2005, encargándose del transporte de pasajeros y mercancías por sus líneas. Fue fundada por la dictadura franquista a comienzos de 1941, tras el final de la Guerra Civil Española, y existió durante casi 64 años hasta su disolución el 31 de diciembre de 2004. En cumplimiento de las normativas europeas sobre transporte ferroviario, RENFE se dividió en dos nuevas entidades: ADIF, ente gestor de las infraestructuras ferroviarias españolas, y Renfe Operadora, compañía que se quedó con la explotación de los ferrocarriles de titularidad pública. Así, durante más de seis décadas, RENFE mantuvo el monopolio de toda la red ferroviaria de ancho ibérico en España”.
El pasado día 24 se han cumplido los 75 años de la fundación de la antigua R.E.N.F.E, la RED NACIONAL DE LOS FERROCARRILES ESPAÑOLES. El aniversario ha pasado sin pena ni gloria, salvo alguna referencia en alguno de los blogs que existen sobre los trenes y los temas ferroviarios y un vídeo editado por la “nueva” Renfe.
La antigua RENFE y hablar de la antigua RENFE ha pasado a ser políticamente incorrecto. Se la asocia con la dictadura y lejana del modernismo del que se quiere hacer gala hoy día. Sólo queda en el recuerdo de las gentes románticas del ferrocarril, asociada al vapor y como una empresa que era algo más que una empresa, que era sagas y sagas de familias de ferroviarios, con salarios casi de hambre, pero que pasaban por obreros privilegiados en comparación con los servidores de la gleba y de otras muchas industrias nacientes. (Ver vídeo)
Somos reacios a aprender de la historia. Y la historia tiene siempre cosas buenas y malas. La Alta Velocidad, el máximun del ferrocarril de hoy día, será una antigualla pasados no muchos años. Que no nos quepa la menor duda. (Ver vídeo)
La antigua RENFE, la denominada por muchos “la RENFE de toda la vida” es hoy cosa de museos. Pero no debería ser así ya que también en el ámbito de la gestión tuvo cosas buenas, entre otras menos buenas.
Entre las buenas, la primera es la gente, los empleados que derrocharon vidas y tiempo, cariño y amor por lo que entonces se llamaba “el servicio”, a base de sacrificios de ellos y sus familias, en largas jornadas, largos y prolongados turnos de trabajo, involucrados ellos y sus familias. Podemos decir, que la empresa lo era todo, lo ocupaba todo y a ella todos se debían, no por imposición sino por altruismo, por vocación.
A pesar de ello, la empresa y sus trabajadores tuvieron que arrostrar ser el paradigma de cierta inutilidad nacional ya que los retrasos de los trenes y la impuntualidad, muchas veces exagerados hasta la mentira, corrían de boca en boca, para paliar otras frustraciones que la política de entonces acallaba.
Muchas veces nos hemos referido a los tics, que todavía permanencen en la RENFE de hoy, provenientes de cierta estructura castrense de la R.E.N.F.E de entonces. Había entonces una vía de acceso a la empresa que era el ejército, a través de sus unidades de zapadores ferroviarios, canteras de trabajadores de las vías y talleres y del personal de conducción.
No es el momento de sacar los defectos, que también los hubo, si no es para aprender de ellos. Aún así el balance de esos 75 años ha sido y es positivo. Visto con los ojos de antaño y hogaño.
Sinceramente, creemos que este aniversario debería tener más eco en la empresa y en España. Primero, para reconocer la historia de la empresa y sus trabajadores y, segundo, para explicarnos mejor el presente de la empresa y acertar en el futuro.
El gobierno no debe escatimar el homenaje y el reconocimiento a la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles y espera que su heredera la nueva RENFE, ese ente público de empresas, le rinda también su homenaje, al margen de algún vídeo conmemorativo.
* José Enrique Villarino es economista y consultor, experto en Transporte y columnista de Zonaretiro