En septiembre de 2020, cuando Ayuso fue al despacho del presidente del PP, Pablo Casado, a hablar de la situación del partido y del congreso regional, éste le comentó que estaba siendo investigada por el polémico contrato de la compra de mascarillas y la comisión de su hermano.
“Para mi sorpresa -comentó la presidenta madrileña- me dijo que tenía conocimiento de esta operación, y que pensaba que era ilegal, y que había sido filtrado por La Moncloa”. Entonces -continuó-, “pregunté a mi hermano, que había tenido relación con esa empresa, y me dijo que todo era legal, regulado en Hacienda y declarado”, dijo Ayuso en rueda de prensa el 17 de febrero de 2022 al salir a la luz el escándalo.
Quedaba medio año para las elecciones y Ayuso engordó 10 kilos, como se aprecia en este vídeo de la campaña de esas elecciones.
Llegó la campaña, el escándalo del contrato seguía oculto, Ayuso ganó las elecciones y ya se pudo relajar. Fue entonces, en mayo de 2021, cuando Ayuso se propuso quitarse esos 10 kilos.
En octubre de 2021, una foto de Ayuso haciendo running en en Washington en mallas y top llevó al periódico El Mundo a reparar en su gran cambio físico y preguntarle por su drástica bajada de peso.
La presidenta confesó a dicho medio se había logrado quitar los 10 kilos que había ganado “por el estrés. Comía demasiado”.
Ayuso no estaba tranquila, no dormía bien y comía de forma compulsiva.
Logró bajar esos 10 kilos con dieta y actividad física además de haciendo un esfuerzo por “estar más tranquila, dormir un poquito mejor, cenar menos y no comer de manera compulsiva”, afirmó a El Mundo.