Periodismo no, perspectiva

Madrid,

G. Bravo.- Zona Retiro ha cumplido dos años. Si hay algo de lo que podemos sentirnos satisfechos es de haber creado un entorno y una comunidad que observa lo que sucede en la capital con perspectiva. Dicen que donde no hay periodismo hay más corrupción y peores políticos; cuando nosotros comenzamos nuestra andadura, la profesión periodística en la capital de España estaba desahuciada.

plaza dali
Foto: G. Bravo

Nunca olvidaré el día en el que nos presentamos con nuestra cámara por primera vez en un consejo territorial del Distrito Salamanca y el portavoz del Partido Popular nos prohibió hacer fotografías sin permiso por escrito. ¿Cómo señalarle? Nunca nadie se había presentado allí con una cámara antes.

Ignoro si la situación actual por la que atraviesa Madrid sería buena si la capital hubiera gozado de un buen abanico de periódicos que velaran por la información de los ciudadanos, pero creo que podemos afirmar que, de haberla tenido, la situación no sería tan crítica.

En estos dos años de periodismo local hemos recibido halagos, adulaciones, críticas buenas y malas, reproches, amenazas, zancadillas por parte de unos y otros, y poca o ninguna ayuda para llegar hasta donde hemos llegado; pero aquí estamos.

Con todo, Zona Retiro se ha convertido poco a poco -en su humilde carrera de fondo- en un referente informativo dentro de su ámbito de actuación y, según algunos colegas entendidos, en un ejemplo de periodismo y de futuro; y esto, aunque sonreímos, da un poco de miedo.

Es muy pronto para dormirse en los laureles, pero quizá dos años sí sean suficientes, si no para recapitular, al menos para detenernos unos segundos y repasar lo andado (o escrito).

Hemos tropezado y caído tantas veces que mentiríamos si dijéramos que no tenemos el olfato un poco más fino y el corazón un poco más partido. Han sido tantos los golpes, las emboscadas y los desplantes, que más de una vez la luz del final del túnel se antojaba inalcanzable.

Sólo ahora entiendo lo que Ernesto Sábato quería decir en aquel libro: “Siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de defensa de la especie humana. La frase ‘todo tiempo pasado fue mejor’ no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que -felizmente- la gente las echa en el olvido”.

¿Y no es verdad que los periodistas luchamos día a día contra ese olvido? ¿No somos acaso testigos de lo que sucede y con esa intención lo escribimos?

Sea como fuere, Zona Retiro se escribe en presente, sin miedo al pasado y sin caer en el error de ser lo que todavía no se es. No sin antes al menos haber sido, y con la eterna convicción de que no hay tiempo pasado bueno o malo, sólo tiempo aprendido.

Y parafraseando de nuevo a Sábato, es cierto que el periodismo, como vivir, consiste en construir futuros recuerdos; “ahora mismo, aquí frente al mar, sé que estoy preparando recuerdos minuciosos, que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza”, decía el argentino.

Nosotros escribimos lo que conseguimos mirar y lo que nos dejan ver, como un diario de recuerdos a veces prohibidos, para dotar a los madrileños de un arma infalible: la perspectiva del que está, ha estado y estará.

Sin periodismo estamos perdidos.

Sólo por eso ya hemos ganado algo. Sólo por eso merece la pena seguir escribiendo a diario.

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