El pintor Daniel de Campos acerca sus obras de bandoleros a la Casa de Vacas del Parque del Retiro

El Centro Cultural Casa de Vacas del parque del Retiro de Madrid acoge hasta el 28 de diciembre, la exposición Bandoleros y su entorno, una muestra del pintor Daniel de Campos, en la que el bandolerismo −fenómeno social que prosperó en la malagueña Serranía de Ronda, entre otras geografías del sur de España, a finales del siglo XVIII y principios del XIX− cobró especial protagonismo durante la invasión napoleónica y la Guerra de la Independencia.

Un total de 51 obras de gran formato, pertenecientes a distintas etapas de su trayectoria artística que, desde el realismo hasta el arte abstracto, retratan paisajes y personajes como José María el Tempranillo, Luis Candelas y Diego Corrientes. Escenas de tragedia en las que colores vivos contrastan con cielos plomizos y cuyas composiciones, exhaustivamente documentadas, han sido objeto de un meticuloso estudio histórico y etnográfico.

Daniel de Campos es catedrático y doctor en Bellas Artes por la Facultad de San Fernando. Su obra se exhibe en destacados espacios museísticos: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), Museo de Bellas Artes (Granada), Museo de Arte Moderno (Valdepeñas), Museo Provincial (Jaén), Museo Salvador Allende (Chile) y los Museos de Arte moderno de Medellín y de Cali (Colombia).

Pintar o enseñar: ¿y por qué no las dos cosas?

Diario de Madrid (DdM): Has compaginado la faceta docente con la pictórica y creativa. ¿Cuál te satisface más y qué te aporta cada una de ellas?

Daniel de Campos (DdC): Ambas facetas se pueden complementar. He dado clases en diferentes Institutos de España y en diversas universidades de Chile y Colombia, es muy diferente el trabajo y la docencia en unos o en otros. La docencia me permite estar en contacto con la juventud, trasmitirles mis conocimientos, poder ayudarles a encauzar sus inquietudes, pero también aprender de ellos. En la faceta pictórica y creativa soy más yo mismo, sobre todo si se crea sin ataduras y sin preocuparse del qué dirán o de su aspecto comercial. Es cuando se pinta por vocación, y en mi caso, casi por necesidad.

DdM: Los bandoleros fueron muy populares en la España de los siglos XVIII y XIX y la pequeña pantalla los inmortalizó en la figura de un personaje ficticio, Curro Jiménez, que se inspiró en uno real, muy querido por el público. ¿Qué es para ti el bandolerismo y por qué te atrae tanto?

DdC: El bandolerismo es una fuente de inspiración en todos los sentidos, pero sobre todo una lucha o reivindicación de los problemas sociales: la extrema pobreza, la falta de justicia e igualdad social, algo que también hoy día lo tenemos.  A esto le añado que el paisanaje va unido con el paisaje, de hecho, el título de la exposición es Bandoleros y su entorno. He querido unir el paisaje con el bandolero. El paisaje es, aparte de fuente de inspiración, una constante en mi obra.

.

«Predominan los grises, en coherencia con el hilo conductor de esta muestra: la tragedia, no trágica sino heroica, como la misma vida, y la tragedia es gris».

 

El sentido trágico de la vida

DdM: Tu pintura exhibe una paleta rica en colores que contrasta con atmósferas en las que predominan los cielos nublados. ¿Qué quieres transmitir con el ambiente sombrío y lúgubre de tus obras?

DdC: Mi paleta tiene influencia de los distintos países en los que he vivido o a los que he viajado, sobre todo de la luz y el color de esa parte ecuatorial del planeta, Hispanoamérica. Al mismo tiempo no todo es luz, no es un impresionismo, sino que predominan los grises, en coherencia con el hilo conductor de la obra de esta muestra: la tragedia, tragedia no trágica sino heroica, como la misma vida de ellos, y la tragedia es gris.

DdM: El sentido trágico de la vida y la muerte −temas de fuerte arraigo en la cultura española− se reflejan en toda tu obra que ahora se expone en Casa de Vacas del Retiro. ¿Por qué esta obsesión con la sangre y los acontecimientos más dramáticos que ha vivido España, como la guerra de la independencia contra los franceses?

DdC: La tragedia es inherente a nuestra historia. Goya con sus pinturas negras lo describió magistralmente. Yo no quería hacer con las pinturas de los bandoleros una pintura costumbrista como se hizo en el siglo XIX sino pintar esa parte que no se ha hecho, su lucha por unos derechos sociales; en cierto modo yo diría que el bandolerismo fue una forma de subsistencia ejercida por los marginados de una sociedad. En ningún momento hay sangre, en sentido literal, tampoco una obsesión. La obsesión es rescatarlos del olvido de una manera pictórica, pero con un mensaje de esperanza.

«La muerte o su cercanía está presente en todas estas impresionantes pinturas de Daniel de Campos. La muerte, novia insoslayable del legionario y del revolucionario, lo es también del bandolero».

Martín Miguel Rubio Esteban, escritor.

Escribir con colores

DdM: Una expresión muy tuya: ¿Qué es para ti “escribir con colores”?

DdC: Siempre lo he dicho. Un escritor escribe, se expresa con palabras, un pintor debe escribir con sus herramientas, en mi caso con colores.

DdM: ¿Cómo ha sido tu evolución para transitar de la pintura realista, histórica, al arte abstracto, el expresionismo, el cubismo y geometrismo que se observa en otras obras?

DdC: Sí, en mi obra conviven esos conceptos desde la figuración hasta casi la abstracción. Se dice que en la vida uno nace incendiario y termina siendo bombero. En mi caso, con la pintura, siempre se es todo a la vez. Goya en sus magistrales pinturas da cuenta de ello.

DdM: ¿Qué artistas te han influido o por qué pintores sientes especial predilección?

DdC: Sin lugar a dudas, Velázquez y Goya.

Para más información sobre la exposición, entra en el enlace: Bandoleros y su entorno