Si tenemos que hablar de una de las mujeres españolas más importantes dentro de la historia del deporte de nuestro país, sin lugar a dudas, tenemos que hablar de la figura de Araceli Segarra. De hecho, esta alpinista y escaladora es conocida por ser la primera mujer española de la historia que alcanzó la cumbre del monte Everest, concretamente, en el año 1996. Además de dedicarse al montañismo, es fisioterapeuta, escritora, ilustradora y, por supuesto, conferenciante.
De hecho, su labor como comunicadora es muy importante, ya que es capaz de transmitir a través de conferencias personalizadas valores como el liderazgo, la importancia de la gestión de equipos, la motivación y la superación personal. Valores que provienen de su experiencia personal a través de los desafíos a los que se ha enfrentado durante el ascenso a algunas de las montañas más altas de los siete continentes y que, por supuesto, se pueden aplicar a multitud de ámbitos.
Centrándonos en su ascenso a la cumbre del monte Everest, montaña conocida como “El techo del mundo”, Araceli Segarra es conocida por haber rodado todo el proceso que le llevó hasta la cumbre en un documental en formato IMAX, narrado por Liam Neeson y con la música de George Harrison. Este documental muestra la historia real de un equipo de cuatro escaladores que alcanzaron la cima pocos días después de que otro equipo pereciera en el peor desastre de la historia de esta montaña y después de haber colaborado en las labores de rescate. Todo un ejemplo de resiliencia.
¿Cómo son las presentaciones de Araceli Segarra?
En sus presentaciones, charlas y conferencias, Araceli Segarra es capaz de ganarse la confianza y la simpatía de la audiencia, conectando con ella por su gran capacidad de encontrar analogías entre sus experiencias y otros ámbitos, así como por su dinamismo, emotividad y, por supuesto, por su sentido del humor.
En ellas, Segarra utiliza su propia experiencia personal para encontrar similitudes, por ejemplo, con las actividades que se deben llevar a cabo en las empresas, ya que los objetivos y los desafíos que se presentan, de alguna manera, se pueden comparar con el hecho de ir escalando montañas cada vez más grandes y que requieren de actitud, motivación perseverancia, lidiar con la incertidumbre, saber adaptarse a los cambios, trabajar en equipo, ser conscientes de que existen riesgos y, sobre todo, requiere de un liderazgo fuerte y colaborativo.
Todos estos valores son muy importantes en cualquier proyecto, ya sea para escalar una de las montañas más altas del mundo si eres un/a alpinista profesional como si tienes una empresa y unos objetivos y metas que cumplir o si estás tratando de desarrollar un proyecto personal con perspectivas de crecimiento a corto, medio y largo plazo, así como retos que superar en la vida, etc.
Después de todo, cada uno de estos recorridos profesionales es, por así decirlo, una carrera de fondo y que, para llegar a lo más alto, hay que empezar escalando cumbres más pequeñas e ir superando obstáculos, trabajar en equipo, y adoptar una actitud positiva y resiliente.
Segarra imparte todas estas charlas y enseñanzas a través de conferencias presenciales y virtuales en forma de charla o de diálogo. Sin embargo, también se adapta a otros formatos, como, por ejemplo, la realización de paseos o jornadas de trekking con conversaciones y diálogos.
Lecciones de Araceli Segarra en el Everest
Sin lugar a dudas, alcanzar la cima del Everest fue, para Araceli Segarra, una de las lecciones más importantes de la vida. La alpinista inició su carrera en el mundo de la espeleología con tan sólo 15 años y, posteriormente se centró en el ascenso a montañas de mayor altura, empezando con las montañas de los Pirineos, y alcanzando cimas de más de 4000 metros de altura, como el monte Toubkal y de 5000 metros, como el monte Kenia.
Sin darse cuenta, la carrera que la llevaría hasta convertirse en la primera mujer española en alcanzar la cima del mundo ya había empezado. Poco a poco, fue escalando montes de mayor altura, tratando de escalar algunos de los ochomiles del Himalaya, como el Broad Peak, de 8.047 metros, del que alcanzó 7100 metros con tan sólo 21 años. De hecho, poco después, en 1992 consiguió escalar su primer ochomil, el monte Shishapangma, de 8.027 metros de altura.
En 1995 trató de escalar el monte Everest por primera vez, pero tuvo que desistir y retirarse en torno a los 7800 metros. Sin embargo, Segarra no se rindió y un año después volvió a intentarlo, esta vez, alcanzando la cima, a 8848 metros de altura sobre el nivel del mar, y no libre de obstáculos. Esto se debe a que durante el ascenso hubo obstáculos y cambios a los que su equipo se tuvo que adaptar de forma colectiva.
¿Qué lecciones podemos extraer?
Según Araceli Segarra y su experiencia en el ascenso a la cima más alta del mundo y que se pueden aplicar a cualquier situación de la vida, podemos decir que todo se encuentra en la actitud, pero también en la motivación para conseguir alcanzar nuestros objetivos. Quien tiene claros sus objetivos y propósitos, es capaz de adquirir la confianza necesaria para alcanzarlos sin abandonar al presentarse la primera dificultad.
Por ello, para alcanzar las cimas hay que tener una actitud perseverante y resiliente. Puede que intentemos alcanzar un objetivo y no lo logremos a la primera. No pasa nada: sólo nos hace falta seguir en el intento y ganar la experiencia necesaria para que, a la siguiente vez que lo intentemos, podremos lograrlo o mejorar los resultados.Por ello, Segarra, indica que hay que tomar las riendas, retar tus límites y potenciar las habilidades para alcanzar el éxito teniendo en cuenta que, gracias al trabajo en equipo y a la división de un trabajo de unas proporciones descomunales en unos objetivos más pequeños, es posible superar cualquier meta siendo conscientes de que existen peligros y hay que asumir riesgos para alcanzar grandes objetivos y que no podremos superar obstáculos si no salimos de nuestra zona de confort y aprendemos a progresar.