L. Torres.- Cuenta la leyenda que, ante un incendio ocurrido en la plaza Mayor y que no podía sofocarse, los madrileños trajeron a todas las vírgenes pero que hasta que no acudieron con el cuadro de la Paloma, el incendio no se apagó. Desde entonces, la Virgen de la Paloma es la patrona de los Bomberos y cada 15 de agosto se celebra en Madrid este acto-homenaje sentido y simbólico por parte del Cuerpo de Bomberos. Cada año un bombero es elegido para bajar el cuadro y esto es considerado un gran honor.
El tradicional descenso del cuadro de la Virgen de la Paloma se realiza a manos miembros del piquete de gala del Cuerpo de Bomberos, que pertenecen a la Hermandad de la Virgen de La Paloma.