L. Torres.- El sector industrial madrileño ha concluido el 2013 con 316 autónomos menos, lo que supone una caída del 1,9 por ciento con respecto al año anterior, según los datos publicados este domingo 12 de enero de 2014 por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
El número de autónomos en el sector industrial español es de 225.562, lo que supone una pérdida de 3.330 actividades industriales de autónomos en relación al año anterior, una caída en tasa interanual del 1,5%. En la Comunidad de Madrid, la caída ha sido del 1,9% (-316).
Para UATAE ello es consecuencia de la crisis que afecta de manera especial a la industria, ya que en el acumulado de los once primeros meses del año la producción industrial ha caído un 1,9 por ciento en el índice corregido de efectos estacionales y de calendario según los últimos datos publicados por el INE.
María José Landaburu, Secretaria General de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), considera que “es muy preocupante que después de 6 años de crisis se continúe destruyendo tejido industrial y autónomos en el sector, con tasas de caída del 1,5% anual, ya que son actividades con un importante volumen de empleo asalariado y difíciles de recuperar”.
Según Landaburu, “el sector industrial ha destruido mucho empleo en los últimos años y cada vez tiene menos peso en la economía española. Sólo en el último año, según los datos de afiliación a la Seguridad Social de diciembre, se perdieron 3.330 actividades de autónomos en el sector industrial español, con su correspondiente pérdida además de empleo asalariado”.
Para María José Landaburu de UATAE, “la pérdida de actividades de autónomos es siempre muy negativa pero especialmente en la industria, ya que son actividades difíciles de sustituir al requerir un apreciable volumen de inversión, un mayor período de maduración y consolidación de la actividad y afianzarse en un mercado muy competitivo”.
Por ello, Landaburu considera “que la desaparición de actividad productiva industrial a este ritmo debería ser motivo de especial preocupación para el Gobierno de España, ya que es un sector que debería ser el motor fundamental para el desarrollo de una economía avanzada, sólida y de futuro. Así lo ha determinado el Parlamento y la Comisión de la Unión Europea que apuesta por la industrialización de Europa como estrategia central de futuro”.