El sistema fiscal español exige a los trabajadores autónomos una planificación minuciosa de sus obligaciones tributarias. Uno de los aspectos que más dudas genera es la presentación de modelos informativos, entre los que destaca el modelo 390. Aunque no implica un pago directo, su carácter obligatorio lo convierte en una pieza clave del engranaje tributario.
La gestión de este modelo no solo implica conocimientos técnicos, sino también una comprensión clara del calendario fiscal y de las implicaciones que puede tener cualquier omisión. Por ello, muchos profesionales deciden apoyarse en herramientas especializadas que faciliten estos trámites, minimizando el riesgo de errores y sanciones.
Qué función cumple el modelo 390
El modelo 390 es una declaración informativa de carácter anual sobre el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Su objetivo principal es resumir todas las operaciones sujetas a IVA realizadas a lo largo del año por parte del autónomo o la empresa. Este documento no supone una liquidación adicional, sino una forma de contrastar la información previamente presentada en los modelos trimestrales 303.
Esta declaración, por tanto, permite a la Agencia Tributaria comprobar que los datos acumulados a lo largo del ejercicio coinciden con la información que se declara de forma resumida al cierre del año. Por eso, es fundamental que se elabore con sumo cuidado y que se corrijan a tiempo posibles discrepancias.
¿Quiénes están obligados a presentarlo?
Están obligados a presentar el modelo 390 todos los sujetos pasivos de IVA que hayan realizado actividad económica durante el año. Sin embargo, existen ciertas excepciones, como los contribuyentes que tributan exclusivamente en régimen simplificado y algunos acogidos al régimen de recargo de equivalencia, siempre que no realicen actividades adicionales sujetas a régimen general.
No obstante, conviene revisar cada caso concreto, ya que la normativa puede cambiar y existen particularidades dependiendo del tipo de actividad y del régimen fiscal elegido.
Cuándo y cómo presentar el modelo 390
La presentación de este modelo se realiza durante el mes de enero del año siguiente al ejercicio declarado, concretamente hasta el día 30 de dicho mes. La vía de presentación es exclusivamente telemática, a través de la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria, utilizando un certificado digital, DNI electrónico o sistema Cl@ve.
Para facilitar este proceso, es fundamental conocer bien qué es el modelo 390, cómo se estructura y qué tipo de información se debe incluir: bases imponibles, cuotas repercutidas y deducibles, operaciones intracomunitarias, entre otros datos relevantes.
La revisión previa de los modelos trimestrales presentados es una práctica clave para evitar discrepancias y requerimientos posteriores por parte de Hacienda.
Errores frecuentes al cumplimentar el modelo
Uno de los fallos más habituales es la omisión de determinadas operaciones exentas o no sujetas, que también deben reflejarse en el resumen anual. También es común que las cifras declaradas no coincidan con las que figuran en los modelos 303 presentados durante el año, lo que puede activar inspecciones o requerimientos.
Otro error frecuente es declarar incorrectamente las operaciones intracomunitarias o las adquisiciones no sujetas a inversión del sujeto pasivo. En estos casos, además de subsanar el modelo 390, puede ser necesario rectificar otros modelos informativos.
El modelo 111 y su vínculo con las obligaciones fiscales periódicas
El modelo 111, por su parte, se relaciona con la retención de IRPF en determinadas actividades, como los pagos a profesionales o empleados. Aunque su función es diferente a la del modelo 390, ambos forman parte del mismo entramado de obligaciones fiscales que deben cumplirse puntualmente.
La correcta gestión de estos modelos evita problemas con la Agencia Tributaria y contribuye a una contabilidad saneada. Muchos autónomos optan por digitalizar este proceso mediante herramientas que permiten presentar el modelo 111 directamente desde su panel de gestión, sin necesidad de realizar múltiples trámites manuales.
Integrar todas las obligaciones tributarias dentro de una misma plataforma permite reducir errores, ganar tiempo y garantizar el cumplimiento normativo.
Cómo simplificar el cumplimiento fiscal
El uso de plataformas online especializadas se ha convertido en una opción preferente para los autónomos. Estas soluciones permiten llevar una contabilidad clara, generar automáticamente los modelos necesarios y presentarlos directamente a la Agencia Tributaria, sin complicaciones ni riesgos por desconocimiento.
Además, muchas de estas herramientas ofrecen alertas automáticas sobre los plazos de presentación, revisión de errores antes de enviar los modelos e integración con bancos para conciliar ingresos y gastos. Esto convierte un proceso complejo y delicado en una rutina operativa mucho más manejable.