R. Pulgar.- El Real Madrid consiguió este domingo su tercera victoria consecutiva en la Liga Endesa, en este caso contra el Mad-Croc Fuenlabrada. De la mano de Sergio Llull (11 puntos y 7 asistencias) y del capitán Felipe Reyes (18 puntos y 11 rebotes) el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid despertó de un inicio soso para acabar ovacionando a sus jugadores.
Mad-Croc Fuenlabrada planteó un partido serio, fuerte en defensa y valiente en ataque. No bajó los brazos en todo el encuentro y luchó hasta el último cuarto, aunque el Real Madrid ya no dio más opción (100-79). Mainoldi (14 puntos y 7 rebotes) fue el jugador más destacado del conjunto visitante con 21 de valoración.
El primer cuarto empezó muy frío con poco más de media entrada. La afición madrileña suele llegar tarde y este partido no fue una excepción. El Fuenlabrada aguantó el tipo durante el primer cuarto (14-14), consiguiendo cargar con tres faltas personales a Begic gracias a los balones interiores que metían a sus pivots.
A medida que iba avanzando el partido el Madrid se encontraba mejor. Ya con todo el público dentro del Palacio (al 70% de capacidad) los blancos empezaron a hacer su juego. Rebote en defensa, contraataque y bandeja de Llull. La energía del jugador menorquín contagió a sus compañeros que llegaron al descanso 47-29 gracias a un triple sobre la bocina del base estadounidense Draper. Laso se permitió el lujo de meter en la pista al canterano de 18 años Hernangómez, que anotó dos puntos.
Ya en tercer tiempo el Fuenlabrada intentó presionar más en defensa y ser más duros en el rebote, lo que les llevó a terminar ganando el cuarto y reducir la diferencia en dos puntos gracias a un gran Sergio Sánchez (67-51). Con todo, Felipe Reyes se encargó de que la reacción visitante no fructificara. Con el mono de trabajo, controló el rebote tanto en defensa como en ataque durante todo el cuarto periodo. Con un 14-0 de parcial, Llull, Reyes y Mirotic decidieron que el partido había terminado.
Al final, Pablo Laso decidió sentar a Felipe Reyes y la afición no dejó pasar la oportunidad de corear su nombre.