E. S. Garró.- Más de 300 mil personas vieron El Rey León, el musical, en sus dos primeros meses en cartel en Madrid. Noche tras noche se llenaron las 1.496 localidades del Teatro Lope de Vega y la recaudación alcanzó los 19 millones de euros. Son los datos proporcionados por Stage Entertaiment, una de las principales productoras de musicales de España. Del otro lado están las pequeñas salas que, asfixiadas por la situación económica, buscan fórmulas para poder sobrevivir. Salas con un presupuesto aproximado de 60 mil euros al año que, con el dinero que El Rey León recaudó en los primeros días, podrían vivir 316 años. Es el caso de La Guindalera.
Las sala se llena en cada función y, pese a ello, ha estado a punto de cerrar. “Con 75 butacas ya sabemos que, aún llenando, el teatro no se va a financiar sólo con la venta en taquilla”, confiesa a Zona Retiro la directora gerente de La Guindalera, Teresa Valentín-Gamazo. El presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, Jesús Cimarro, calcula que, para autofinanciarse con la venta de entradas, un teatro necesita tener, al menos, 250 localidades. “Si no, no te salen los números”, reconoce.
Hasta el pasado mes de enero, la sala La Guindalera se financiaba con el trabajo que, fuera de ella, realizaban tanto Valentín-Gamazo como el director artístico, Juan Pastor. “Realizábamos proyectos para la Obra Social Caja Madrid o para la Comunidad de Madrid y, al facturarlos, lo invertíamos en nuestra sala -cuenta Valentín-Gamazo-. Esos proyectos han quedado mermadísimos o anulados”.
Entonces decidieron pasar de ser empresa a ser Asociación Cultural y buscar otras maneras de sobrevivir. Optaron por el crowfunding o micromecenazgo. Es decir, por financiarse gracias a las pequeñas aportaciones del público que habitualmente abarrotaba la sala. Lo hicieron a través de la plataforma on line para la financiación de proyectos culturales La Tahona Cultural y consiguieron su objetivo. En 15 días habían recaudado 5mil euros. Lo suficiente para sobrevivir 5 o 6 meses. “Esto ha sido un pequeño estímulo, una vía, pero el mecenazgo no es la solución”, reconoce Valentín-Gamazo, a la par que añade que “España no está todavía preparada para dar 60 mil euros, que es lo que necesitaríamos anualmente”.
Las subvenciones no alcanzan
Tanto el Ayuntamiento, como la Comunidad y el Ministerio de Cultura ofrecen subvenciones a salas y teatros. “En el caso del Consistorio, se trata de ayudas enmarcadas en proyectos como Veranos de la Villa o San Isidro. La Comunidad sólo ayuda a los teatros con menos de 600 localidades”.
“Esas subvenciones son una trampa”, critica Valentín-Gamazo. “Tienes que hacer una programación ajustada a sus intereses para poder acceder a las ayudas, lo que implica renunciar a tu propio proyecto y eso hace que salas como la nuestra –la Guindalera- pierdan su identidad”, añade.
Valentín-Gamazo denuncia, además, que aún no han cobrado las subvenciones de 2011 y que las de 2012 –a excepción de las del Ministerio- no han sido convocadas. “Es un punto de inflexión. Hay que cambiar la normativa, el tipo de colaboración. No pedimos dinero, pedimos apoyo, que nos den publicidad”, afirma.
Una de las ideas que propone Valentín-Gamazo es que las pequeñas salas puedan estrenar sus proyectos en el Teatro Español –gestionado por el Ayuntamiento-. “Que nos dejen estrenar con bombo y platillo y se entere todo el mundo. Con el dinero que una sala como la nuestra saque en 15 días o 1 mes en el Teatro Español podemos vivir un año”, asegura. Jesús Cimarro cree que ésta podría ser una buena solución. “Hay que hacer buenas campañas de comunicación para que la gente vaya al teatro”, indica.
Madrid: capital mundial de las artes escénicas
De los 61 teatros que hay en Madrid, 14 son públicos, y 6 de ellos municipales. Hace unos días, el equipo del Área de Las Artes del Ayuntamiento presento el nuevo modelo de artes escénicas con el que pretenden convertir a Madrid en una de las grandes capitales culturales del mundo. Un modelo para el que este año se destinarán 25 millones de euros y que se basará en cuatro pilares: la internacionalización, el compromiso con el sector privado, la enseñanza del teatro en los colegios y la eficiencia en el empleo de las salas.
La directora gerente de La Guindalera –que estuvo presente en ese reunión- recuerda que para convertir una ciudad en capital mundial del teatro tiene que haber un tejido cultural “que no se hace de la noche a la mañana”. “Yo le recomiendo al nuevo equipo, que viene con mucha ilusión, que se informe bien” dice Valentín-Gamazo que añade “no se puede traer todo de fuera. Muchos llevamos años formando ese tejido a costa de nuestro propio trabajo. Saldría más barato si nos escucharan y nos prestaran atención”.