J. E. Villarino*.- Nunca ha visto el Congreso de los Diputados tan abultado número de ruedas de prensa que se celebran sin solución de continuidad y, bien mirado, a casi nadie llama hoy la atención las permanentes contradicciones a que nos tienen acostumbrados los aprendices de brujo de los actuales políticos en sus comparecencias. Dicen hoy una cosa y a la comparecencia siguiente la contraria y se quedan tan panchos.
Nuestros alevines de políticos comparecen siempre de uno en uno y huyen de comparecencias compartidas con otros adversarios políticos, excepto los de Podemos que van siempre como los siete magníficos de siete en fondo haciendo honor al film del mismo nombre.
Pues bien, nada que ver la comparecencia de Rivera con la de Sánchez, con posterioridad al anuncio de acuerdo programático. Por eso huyen del dueto como alma que lleva el diablo.
El pasado domingo el diario La Vanguardia publicaba una entrevista a Pedro Sánchez, el aspirante a la Moncloa del partido socialista. Aparentemente muy correcta, dicha entrevista incluye algunas cosas que, al menos para mí, resultan imposibles de digerir.
Pues bien, algunas cosas que negro sobre blanco dejó dichas Sánchez:
Le pregunta la entrevistadora:
P. Hablemos de Cataluña. ¿Por qué si es uno de los problemas más importantes que tiene España, apenas se refleja en su acuerdo con Ciudadanos?
R. En Cataluña se sufren los mismos problemas que en el conjunto de España y este acuerdo responde a esos problemas.
Que manía de no contestar a lo que se les pregunta. Pero, respecto de su respuesta, que sepa, señor Sánchez, Cataluña no sufre los mismos problemas que el resto de España. En todo caso, el resto de España es quien sufre los problemas que han provocado algunos catalanes, que no son otros que los nacionalistas burgueses y los independentistas recauchutados de aquellos.
No, señor Sánchez, no haga equidistancias y no mienta: el acuerdo que ha firmado el Psoe con Ciudadanos y viceversa no responde a ningún problema de los que han ocasionado secesionistas e independentistas.
Parece mentira que un partido como Ciudadanos, adalid de la unidad de España, no insista en mencionar en el acuerdo ni una sola propuesta sobre la deriva catalana, cada vez más cerca del precipicio. Ya sé que el Psoe, un teórico partido socialdemócrata de centro izquierda, se ha distinguido por hacerse un lío con los territorios. Según quiénes, cómo y dónde son los socialistas partidarios de España, o de otras cosas menos claras y evidentes.
Insiste la entrevistadora:
P. Pero apenas mencionan en el acuerdo el debate territorial.
R. El compromiso es claro: nosotros queremos que ésta sea la legislatura de la reforma constitucional. En el acuerdo viene esbozado, porque no puede ser de otra manera, un perímetro de reforma constitucional que compartimos y que abrimos al resto de formaciones a izquierda y derecha. Apuntamos que tenemos que definir las competencias de las comunidades autónomas y del Estado, renovar la financiación, reconocer en la Constitución los nombres de las autonomías y reformar el Senado. Si soy presidente voy a tender puentes con Cataluña, a acabar con tanta trinchera. Hemos hecho un estudio de los 23 puntos que ofreció Artur Mas a Rajoy, y estamos dispuestos a que ese sea uno de esos puentes que tendamos a la Generalitat para reconducir la situación.
No se salga, señor Sánchez, por los cerros de Úbeda. Parece que para usted el problema catalán se circunscribe a “un perímetro de reforma constitucional”. ¿Qué es y qué quiere decir con tan relamido circunloquio?, ¿qué reforma constitucional quiere hacer usted que acalle las ansias secesionistas?
Mire, Sánchez, en la Constitución, ni en ésta ni en otra que pergeñen con Ciudadanos o Podemos, caben los delirios de los independentistas. Ya sabemos que su reforma constitucional radica en un federalismo asimétrico que ni usted sabe lo que es, ni nunca nadie de los suyos, ha sabido y podido explicarnos.
Apañados vamos, si a estas alturas tenemos que “definir las competencias de las comunidades autónomas y del estado, renovar la financiación, reconocer los nombres de las autonomías …”. Pues aviados estamos si después de 38 años no hemos sido capaces de hacer estas cosas y otras más. Como diría el sabio campesino: vuelta la burra al trigo.
Pero el remate floreado es al afirmar que si usted es presidente va “a tender puentes con Cataluña y acabar con tanta trinchera”. Apague y vámonos. Con Cataluña no hacen falta puentes porque hemos sido carne de lo mismo. Ni más los unos, ni menos, los otros. Si existen trincheras, son las que han excavado los independentistas, tan aficionados a ello.
Los secesionistas e independentistas, amparados en la Generalidad y en un estatuto que, nunca mejor dicho, un expresidente se empeñó en ciscar, son los que llevan 38 años saltándose la Constitución que nos obliga a todos, envenenando a generaciones de adolescentes y jóvenes con la lengua y el odio, robándonos a todos, poniéndose astronómicos sueldos y abotargándose a privilegios.
¿De qué trincheras habla señor Sánchez? ¿Qué cable se le ha torcido para afirmar que los puentes que dice va a tender, pasen por los 23 puntos que planteó el prevaricador secesionista señor Mas a Rajoy?
O sea, que el problema catalán se resuelve haciendo lo que quería Mas. O dicho en román paladino: dándole la razón a este funcionario, prevaricador repetimos, bajándose los pantalones. Para este viaje, no hacían falta estas alforjas.
Dice usted señor Sánchez textualmente, en otro apartado, que “lo importante para resolver la crisis de convivencia que se vive en Cataluña es cambiar de Gobierno en Madrid”.
De nuevo, vuelta al trigo: la crisis de convivencia en Cataluña la han creado los secesionistas e independentistas. La crisis de convivencia no ha surgido por arte de magia, pero lo más hilarante, por no decir lacrimógeno, es leer que la solución reside en cambiar el gobierno en Madrid. Este gobierno, claro. Que cuando llegue el suyo, el suyo no será culpable de nada y lo resolverá todo. De nuevo, nos vuelve a tomar por tontos.
¿Y qué dice a todo esto el cada vez más desvaído centrista-liberal señor Rivera? Pues no sabemos si está de acuerdo con todo lo que dice Sánchez, o no. Lo que sí sabemos es que uno y otro mintieron en sus respectivas versiones del pacto que nos ofrecieron en sus comparecencias. Según quien hablase, afirmaba con toda rotundidad el éxito de sus planteamientos. En el caso del Psoe esta mala costumbre de mentir le viene de lejos, pero en el caso de Ciudadanos resulta un poco triste que empiecen a mentir y contarnos milongas tan pronto.
Si la idea de la unidad de España de Ciudadanos es la que nos ha contado Sánchez en esta entrevista de La Vanguardia, apaga y vámonos. En este tema, que es uno de los claves en esta encrucijada es necesaria transparencia y claridad a raudales. No valen los juegos de Psoe-PSC que han estado jugando desde hace muchos años a poli bueno – poli malo.
Ni a España le hace falta una imposible reforma para convertir un estado unitario en un estado federal, ya que ello es un imposible in terminis, porque federalizar es unir algo que estaba desunido, ni tampoco se puede llevar a cabo un referéndum de nada, referéndum que Sánchez asume por el tapadillo en la entrevista que estamos comentando.
P. ¿Y si Podemos pusiera como condición para su abstención el referéndum de Cataluña? ¿Estaría dispuesto a hablarlo?
Pone los pelos como escarpias leer negro sobre blanco la mención al referendum que apoya Podemos. Ésta es la respuesta de Sánchez: “Nosotros queremos que los catalanes voten un acuerdo, no una ruptura. Los que defienden el derecho a decidir, están defendiendo una reforma constitucional”.
Quédense ustedes lectores con la primera frase del párrafo. El Psoe quiere que los catalanes -no todos los españoles- voten un acuerdo. Más claro, agua y en botella. Pero, la frase final es el colmo de la desvergüenza y la impostura al decir que los que defienden el derecho a decidir -es decir, el referéndum de sólo catalanes- lo que están defendiendo es una reforma constitucional. Es volver a tomarnos por tontos, además de una práctica política barriobajera.
Qué pena de políticos, los viejos y los que se dicen nuevos.
* José Enrique Villarino es economista y consultor, experto en Transporte y columnista de Zonaretiro
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Si, que pena de políticos, pero creo que peor los que se dicen "nuevos". Felicitar, reconocer y agradecer a José Enrique sus trabajados comentarios