Todo ha cambiado con la llegada de las nuevas tecnologías a todo el planeta de forma generalizada. Las personas han cambiado su día a día desde todos los ámbitos: cotidianos, laborales y de ocio.
Todos estos progresos técnicos han hecho que se cree una realidad paralela, que para muchos es la real, y que dicta en gran medida de la que presentaban generaciones anteriores, hace tan solo algunas décadas. La herramienta que ha precipitado esta nueva tesitura han sido las redes sociales, las cuales han cambiado la forma de interrelacionar con otras personas, pudiendo compartir con todo el mundo al instante las experiencias, sentimientos y toda una malgama de diversión. Instagram, Facebook, Twitter o Tik Tok, ya no son plataformas de ocio, sino más bien formas de vida para grandes masas sociales que usan estas herramientas varias horas al día.
Estas redes sociales en un primer momento buscaban ocupar el sitio para las relaciones sociales. Con el paso del tiempo se ha demostrado que han cambiado otros muchos ámbitos, como el económico o el laboral, convirtiéndose en eje fundamental de numerosas operaciones.
Al igual que las redes sociales, hay otro campo que ha trascendido mucho más de lo que estaba previsto. Los videojuegos marcan la vida de millones de personas diariamente, ofreciendo horas de diversión sin límites y brindando la posibilidad de instaurar nuevos procesos productivos y cotidianos a través de los valores y enseñanzas que subyacen del desarrollo propio de esta actividad. Todo ello conforma una gamificación, que ha cambiado la forma de concebir y realizar numerosas tareas. Títulos como Fortnite, Apex Legends o Call of Duty así lo atestiguan, abriendo un nuevo campo a través de la red de redes, denominado eSports, llevando el gaming a otra dimensión.
El sector de los juegos de azar también se ha sumado a esta revolución social. Los oferentes de este tipo de servicios de entretenimiento están continuamente lanzando al mercado nuevos juegos a través de sus plataformas en línea. Aquí estos cambios sociales son nítidos como consecuencia de la implantación de la revolución tecnológica en su máxima expresión. Las opciones de ocio de esta naturaleza han aumentado su calidad de manera ostensible, pero no han dejado de lado la esencia de las primeras máquinas de este tipo.
El mundo ha cambiado. El ocio ha cambiado. Las relaciones sociales están en continua modificación como consecuencia de una tecnología que sigue en continúa evolución y que aun no se la augura un techo cercano.